¡Otra vez juntos!

Hay un momento para todo. Las vacaciones fueron el tiempo ideal para jugar sin apuros, visitar a familiares o amigos, conocer lugares nuevos, dormir un poco más. Ahora iniciamos un nuevo año escolar y lo hacemos juntos. Estaremos aquí para brindarte información, sugerirte actividades y acompañarte en la hermosa e inagotable experiencia de aprender. ¡Aprovechemos bien el tiempo y las oportunidades!

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El medio en el que nos desenvolvemos nos proporciona a diario gran cantidad de información: la temperatura ambiente, el sabor de las comidas o bebidas que ingerimos, los colores de los objetos, los perfumes, el sonido de los vehículos al moverse, otros. Esos datos pueden ser percibidos por medio de órganos especiales de nuestro organismo: los órganos sensoriales u órganos de los sentidos.

La información que procede del exterior se conoce como estímulos y son captados por diferentes órganos o receptores. Estos son fundamentales para nuestra vida, pues sin ellos no podríamos notar nada de lo que acontece a nuestro alrededor.

• La vista

La vista, cuyos órganos receptores son los ojos, permite percibir la luz y las sombras, la forma, el color y el tamaño de los objetos, así como la distancia a la que se encuentran.

La imagen que se forma en la retina, ubicada en el fondo del ojo, es llevada hasta el cerebro por medio del nervio óptico, donde la información es procesada para que podamos ver. La lente presente en el ojo se denomina cristalino.

• El tacto

La piel es el órgano que cubre todo nuestro cuerpo, donde se asienta el sentido del tacto y a través de la cual apreciamos las diferencias de temperatura (frío, calor), las texturas y el dolor.

Para cada estímulo diferente existen células receptoras especializadas. Y de cada una de ellas parten nervios que llevan la información al cerebro.

• El gusto

El gusto nos permite distinguir y disfrutar de los diferentes sabores que tienen las comidas y bebidas. Básicamente existen cuatro sabores: dulce, salado, agrio (ácido) y amargo que notamos por las papilas gustativas ubicadas en la lengua.

La saliva, secretada por las glándulas salivales, permite que los alimentos se disuelvan en ella y las papilas puedan distinguir los sabores. Las temperaturas extremas o los sabores muy fuertes pueden disminuir la capacidad de diferenciar los sabores.

• El olfato

Con el sentido del olfato diferenciamos los olores que provienen de las cosas, tanto agradables como desagradables. Este sentido está relacionado con el del gusto, por ello es que cuando estamos resfriados no distinguimos claramente los sabores.

En el interior de la nariz existen células conectadas a nervios olfatorios que llegan hasta el cerebro llevando la información recibida del exterior. Este es un órgano muy sensible, capaz de distinguir olores muy suaves pero se cansa fácilmente.

• El oído

A través del oído somos capaces de apreciar los diferentes sonidos, graves o agudos, bajos o altos, diferenciar de dónde procede e inclusive su origen. También es el responsable de mantener el equilibrio del cuerpo.

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