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En nuestro país es implementada una educación bilingüe que hace referencia a un proceso planificado de enseñanza en dos lenguas: castellano y guaraní, lo que implica que ambas sean desarrolladas para adquirir la competencia comunicativa a través de un proceso lógico y sistemático (lenguas enseñadas o enseñanza de lenguas) y también utilizadas como instrumentos para la enseñanza de las demás áreas académicas (lenguas de enseñanza). En este contexto, es importante diferenciar la existencia de una lengua materna o de uso predominante (L1) y una segunda lengua (L2).
Entendemos por lengua materna aquella adquirida por el niño en su contexto familiar, producto de una interacción con sus inmediatos interlocutores, hogar y comunidad, por lo que la misma es la utilizada predominantemente en el momento de ingresar al sistema educativo. Por lo tanto, es necesario que el docente identifique y opte por esta lengua, que puede ser castellano o guaraní, para iniciar la enseñanza de las áreas académicas.
En cambio, la segunda lengua es aquella entendida como la de menor uso al ingresar a la escuela, que debe ser desarrollada a través de una metodología apropiada que presenta diferencias en cuanto a la enseñanza de la lengua materna.
Tampoco podemos perder de vista otra realidad latente en nuestro país: nos referimos a los niños que, en el momento de ingresar a la escuela, ya utilizan bastante bien ambas lenguas (o por lo menos tienen un cierto grado de bilingüismo). En este caso, se debe identificar cuál de las dos dominan con mayor propiedad para que pueda ser considerada como lengua materna y utilizarla en la enseñanza de las demás áreas académicas. Pero si presentan un dominio similar de ambas, entonces, la posibilidad de utilizar las dos lenguas desde los inicios está presente. Es decir, si los alumnos ya manejan bastante bien ambas lenguas, esta realidad constituye una ventaja que puede ser muy bien aprovechada para los fines pedagógicos y no hay necesidad de limitar la enseñanza de las demás áreas (que no sea comunicación) a través de una sola lengua necesariamente, sino que puede realizarse a través de ambas, desde el inicio mismo.
Para atender estos casos, el sistema educativo propone tres modelos de educación bilingüe. La elección del modelo a ser aplicado en cada escuela e incluso en cada grado depende de las características sociolingüísticas de los niños: para quienes ingresan con lengua guaraní como lengua de uso predominante y tienen como castellano como segunda lengua (Modelo A), para quienes ingresan con castellano como lengua de uso predominante y tienen guaraní como segunda lengua (Modelo B) y para quienes ingresan al sistema educativo con parecidas competencias en ambas lenguas oficiales (Modelo C).
Fuentes
Elaborado por: Ministerio de Educación y Cultura
Referencia: Programa de Estudios del MEC, 2008.