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Nacido en el seno de una familia distinguida en la ciudad cuna de la cultura paraguaya, Natalicio inició sus estudios oficiales con el famoso maestro de juventudes, el profesor Escalada, en Asunción, ya que su padre era un destacado funcionario público.
Hay que recordar que fue la época en que el Gobierno progresista de don Carlos Antonio López enfrentó con gran éxito las empresas que se impuso a sí mismo con el objetivo de llevar al Paraguay a sitiales de importancia.
En ese sentido, hay que recordar que en su viaje por Europa, Francisco Solano López contrató a Ildefonso Bermejo, el español, para llevar a cabo en el Paraguay diferentes proyectos culturales. Entre ellos, el Aula de Filosofía, antecedente inmediato de las instituciones de educación superior en el país. Talavera tomó parte del selecto grupo inicial de estudiantes para este proyecto.
Con el tiempo, Natalicio se dedicó también al periodismo en El Semanario de Avisos y Conocimientos Útiles y en La Aurora. Fue también la época en que realizó trabajos literarios de narración y tradujo al español la novela Graziella de Lamartine.
Cuando en 1864 explotó la Guerra contra la Triple Alianza, con todas sus consecuencias, Talavera fue enviado al frente de batalla como corresponsal. Desde esa responsabilidad, escribe comentarios para El Semanario y El Cabichuí, periódico de carácter satírico fundado junto al padre Fidel Maíz, Juan Crisóstomo Centurión y Víctor Silvero.
En el Cabichuí se publicaron los primeros poemas en guaraní en un medio de prensa paraguayo, analizó el tristemente célebre tratado secreto de los aliados y realizó un panegírico acerca de la lamentable muerte del Gral. José Eduvigis Díaz.
De pluma popular, Talavera, sin embargo, encarnaba a la intelectualidad de su época, lamentablemente desaparecida a consecuencias de la Guerra Grande. El mismo falleció en Paso Pucú el 11 de octubre de 1867, aquejado del cólera.
Entre sus obras se encuentra el Himno, un poema épico al Paraguay. A continuación se presentan las tres primeras estrofas del mismo que encierran en sus palabras la profundidad temática de la pieza.
Himno
¡Paraguayos! corred a la gloria
coronad vuestra patria de honor,
inscribiendo brillante en la historia,
nuevos timbres de noble valor.
Este suelo inocente y hermoso
que al gran río le debe su nombre,
es la tierra gloriosa en que el hombre
con su sangre se dio libertad.
Aquí alzó la justicia su trono
levantando su espada iracunda,
aquí el ciervo la infame coyunda
en corona trocó la igualdad.