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El narrador
Siempre debemos distinguir entre el autor real, el que escribe, y el que realmente nos cuenta la historia, que es un ser ficticio creado por el artista, llamado narrador. Es el sujeto de la enunciación, el autor le cede la palabra y la voz del relato.
Puede narrar desde varios puntos de vista:
Homodiegético: si forma parte de la historia e interviene en los sucesos narrados.
El concepto de homodiegético lo entendemos de la siguiente manera: homo, igual; diégesis, historia.
Según lo anterior, puede ser protagonista o testigo.
Narrador protagonista: este tipo de narrador cuenta los hechos en primera persona. El narrador y el protagonista se funden en una sola entidad ficticia, desempeñan los roles de manera simultánea.
Narrador testigo: es un personaje de orden secundario que narra la historia en primera persona. Narra lo que le ocurre a otro.
Narrador heterodiegético: este narrador se sitúa fuera de la historia. Hetero significa diferente; diégesis, historia. Cuenta, generalmente, en tercera persona, desde afuera.
Se caracteriza por poseer un mayor grado de objetividad y distanciamiento en relación con los hechos narrados. Este, a su vez, puede ser:
Narrador omnisciente: conoce todo respecto al mundo creado. Omni significa: todo. Se entiende como un dios que conoce todo lo que ocurre, incluso, pensamientos.
Narrador objetivo: este tipo de narrador registra exclusivamente lo que ocurre en el exterior del mundo representado, asumiendo el rol de una cámara de cine.
Estilos narrativos
Los modos narrativos revelan datos del narrador y grado de conocimiento que posee de los hechos.
Los tipos de discursos o estilos más comunes son: directo, indirecto e indirecto libre.
Estilo directo: el narrador introduce el diálogo de los personajes, dejando que ellos mismos hablen o se expresen. Se reproduce así mismo lo que dicen.
Estilo o modo narrativo indirecto: el narrador incorpora el diálogo de los personajes a través de su voz. Emplea la conjunción «que» para conectar su palabra con la del personaje.
Estilo o modo indirecto libre: el narrador fusiona el modo directo con el indirecto, hablando desde el interior del personaje.
Actividad 1
Señala el tipo de narrador de cada fragmento.
Texto 1
«Aunque procuraba prestar la mayor atención, no entendía nada; no obstante, se esforzaba, tomando notas, llenando de ellas los cuadernos, y no perdía una sola clase. Cumplía con su obligación de la misma manera que el caballo de una noria da vueltas con los ojos vendados, sin enterarse de la tarea que realiza».
Madame Bovary. Gustave Flaubert.
Texto 2
«Luego se habían metido poco a poco las dos y se iban riendo, conforme el agua les subía por las piernas, el vientre y la cintura. Se detenían, mirándose, y las risas les crecían y se les contagiaban como un cosquilleo nervioso. Se salpicaron y se agarraron dando gritos, hasta que ambas estuvieron del todo mojadas, jadeantes de risa».
El Jarama. Rafael Sánchez Ferlosio.
Texto 3
«...En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres cuartas partes de su hacienda. (...) Frisaba la edad de nuestro hidalgo los cincuenta años. Era de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, gran madrugador y amigo de la caza...».
Don Quijote de la Mancha. Miguel de Cervantes.
Actividad 2
Reconoce el estilo empleado en cada fragmento.
Texto 1
Me siento mareada como si me fuera a caer.
—Has estado muy enferma. Necesitas comer bien y descansar.
—No puedo hacer esto sola, Tao. Por favor, no me dejes todavía...
—Tengo un contrato, el capitán me hará buscar.
—¿Y quién cumplirá la orden? Todos los barcos están abandonados.
No queda nadie a bordo.
Hija de la Fortuna. Isabel Allende.
Texto 2
Está chiflado —dijo el obrero.
—Ahora la gente se vuelve chiflada —dijo la mujer.
—Habría sido mejor llevarlo a la oficina —añadió el del batín.
Crimen y castigo. Fiódor Dostoievski.
Texto 3
Fue entonces cuando se torció el tobillo [...]. Cayó en mala posición: el empeine del pie izquierdo cargó con todo el peso del cuerpo. Al pronto sintió un dolor agudísimo; pensó que se había roto el pie. Con alguna dificultad, sentado en el césped, se quitó la zapatilla y el calcetín, comprobó que el tobillo no estaba hinchado. El dolor amainó en seguida, y Mario se dijo que con suerte el percance no revestiría mayor importancia. Se puso el calcetín y la zapatilla; se incorporó; caminó con cuidado: una punzada le desgarraba el tobillo.
El inquilino. Javier Cercas.
Fuente: http://www.portaleducativo.net/octavo-basico/779/Texto-narrativo