Mujer paraguaya, un poco de historia

El 24 de febrero del año 1867, siendo las 20:00, en la plaza 14 de Mayo se dio inicio a unas manifestaciones públicas por parte de las señoras a favor de la causa paraguaya.

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Se resolvió, durante los cuatro días que duró la asamblea, donar las joyas para los gastos de guerra. El 10 de agosto de ese mismo año, doña Escolástica Barrios de Gill reunió a 30 mujeres, quienes donaron sus preciadas joyas para ayudar a la financiación de la causa que sostenía la República. La iniciativa sirvió para que mujeres de todo el país se sumaran al gesto. El papel de las Residentas

Este gesto es lo que más adelante se denominó como LAS RESIDENTAS. Mujeres de todas las clases sociales, VOLUNTARIAS que se habían presentado primero donando sus joyas, luego objetos de valor, para luego continuar con el apoyo cercano a sus hombres que estaban en el frente, en el campo de batalla, luchando contra tres países, en la más cruenta lucha, en desigualdad de condiciones durante la guerra de la TRIPLE ALIANZA.

Más adelante, vino la escasez de indumentaria para los combatientes y estas heroicas mujeres fueron las encargadas de tejer para vestir a los combatientes.

Madres, esposas, hijas de la patria

El aporte de las mismas fue extraordinario: cultivando la tierra para el envío de alimentos o la alimentación de los hijos; curando heridas o tejiendo para la indumentaria.

No contentas con colaborar pacíficamente, llegaron a empuñar fusiles, en igualdad de condiciones con los hombres, en el campo de batalla, en defensa de la soberanía nacional.

Origen de la fecha

La doctora Idalia Flores de Zarza, historiadora nacional, justificadamente propuso declarar el 24 de febrero Día de la Mujer Paraguaya; acompañó el proyecto la entonces congresista Carmen Casco de Lara Castro, quien presentó el proyecto de ley en la Cámara de Diputados, en 1974; el mismo año en que las Naciones Unidas proclamaba el Año Internacional de la Mujer. En diciembre de ese mismo año, la ley fue proclamada por ambas cámaras del Congreso y la promulgación del decreto no se hizo esperar.
 
Sensible ausencia irremediable

Desgraciadamente, hoy ya no contamos en el Paraguay con las heroicas RESIDENTAS, aquellas mujeres paraguayas, jefas de hogar, formadoras de ciudadanos, impulsoras del crecimiento del país. Luchadoras incansables, artesanas, agricultoras, empresarias, diplomáticas, amas de casa, trabajadoras del comercio, doctoras, maestras; en fin, forjadoras de un mañana mejor. Pero, felizmente, quedaron sus ejemplos, sus testimonios de vida, con toda su bagaje de lindas lecciones sobre cómo apoyar el país.

(Información consultada en MEC Digital)
 
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