Meningitis, enemigo de niños

La infección que causa inflamación de las membranas que cubren el cerebro y la médula espinal, llamada meninges, toma el nombre de meningitis. Las causas más comunes de la meningitis son las infecciones virales que generalmente se resuelven sin tratamiento. Sin embargo, las infecciones bacterianas de las meninges son enfermedades extremadamente graves y pueden producir la muerte o daño cerebral aunque sean tratadas. Es muy importante que en la escuela sepamos reconocer signos y síntomas para una rápida atención, así como las medidas de prevención a implementarse en las instituciones.

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Causas de la meningitis

Infecciones víricas (meningitis virales), infecciones bacterianas (meningitis bacteriana aguda), fúngicas (por hongos, poco frecuente).

Meningitis virales: Produce cura sin secuela en casi todos los casos. Suelen presentarse en pequeños brotes o epidemias en el verano y el otoño. Se transmiten por heces y saliva.

Meningitis bacteriana: Los tres microbios que con mayor frecuencia producen meningitis bacteriana son: Haemophilus influenzae tipo b, neisseria meningitidis (mejor conocida como meningococo) y el streptococcus pneumoniae (llamado comúnmente neumococo).

Los tres microorganismos se transmiten por el aire y por contacto (tos, estornudos, besos, etc.).

Meningitis por Haemophilus influenzae tipo b: El Haemophilus sólo provoca meningitis en los niños pequeños (menores de 5 años) pues, con el crecimiento, el organismo aprende a defenderse de él. Se dispone de la vacuna eficaz contra esta bacteria.

Meningitis ameningococo: El meningococo afecta a personas de todas las edades, aunque principalmente a adolescentes y niños pequeños.

La meningitis por meningococo A y C se caracterizan por la posibilidad producir brotes, en especial en personas que viven en hacinamiento (cuarteles, cárceles, etc.). En Paraguay actualmente los más frecuentes son los conocidos como B.

SIGNOS

Los síntomas típicos de la meningitis son fiebre elevada, vómitos, dolor de cabeza intenso y rigidez de la nuca (imposibilidad para doblar completamente el cuello hacia adelante). También puede producir somnolencia exagerada y confusión mental, y a veces una erupción cutánea e incluso pequeñas hemorragias bajo la piel. Lo habitual es que además el niño dé la impresión de estar realmente enfermo: no juega, no sonríe, le cuesta hablar. Uno de los síntomas físicamente demostrables de la meningitis es “el signo de Brudzinski”. La rigidez severa del cuello produce que las rodillas y cadera del paciente se flexionen cuando se flexiona el cuello.

Prevención

Vacunar a los niños menores de cinco años y acudir al hospital ante los primeros síntomas son las acciones que la población puede hacer para evitar las complicaciones por meningitis.

También el buen lavado de manos, la higiene en general, buena alimentación, el evitar tener muchos niños en un ambiente muy pequeño y sobre todo, cerrado, tener a los niños con esquemas de vacunación completos son las mejores recomendaciones. Aquellos niños que no pudieron completar sus dosis contra la meningitis deben recurrir al centro de salud de su comunidad para completar el esquema.

Prevención en la escuela

1- Limpieza adecuada de las instalaciones en forma diaria, de manera tal de lograr las mejores condiciones de higiene posibles. Se debe poner especial énfasis en la limpieza y desinfección de pisos con lavandina diluida al 10% (1 litro de lavandina más 9 litros de agua).

2- Limpieza y desinfección de los baños con lavandina diluida al 20% (2 litros de lavandina en 8 litros de agua).

3- Ventilación de los ambientes en forma diaria: es importante realizarla pudiendo procederse a esto durante el último turno de limpieza.

4- En el caso de comedores escuelas, jardines de infantes y guarderías, es importante no compartir vasos, utensilios, caramelos, toallas, chupetines, chupetes, etc.

5- En las instituciones cerradas (jardines de infantes, guarderías, institutos de menores, etc.) los niños deberán poseer su esquema de vacunación completo con vacunas cuádruples y BCG.

6- Los maestros deben informarse correctamente y realizar una especie de “diagnóstico” antes del inicio de clases cada día, a fin de detectar posibles síntomas e informar inmediatamente a los padres. NO MEDICAR EN NINGÚN CASO a un niño o niña.

7- Llevar un registro de niños con resfrío y/o gripe recurrentes, pues son los más propensos a esta infección.

Salvo indicación específica de las autoridades sanitarias, la escuela no debe cerrarse ya que el cierre favorece la pérdida de control sobre los contactos y la administración de la quimioprofilaxis.
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