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Prof. Angélica Saucedo
En una edición anterior estudiamos los modelos de las tres conjugaciones castellanas. Vimos que en ellos la raíz del verbo no sufre ninguna modificación en los distintos tiempos. Es porque se trata de verbos regulares, pero existen otros que presentan alguna dificultad al conjugarlos. Son los irregulares.
Comparación de dos verbos
«Saber» es de 2.ª conjugación, al igual que «temer». Pero no sigue al modelo, porque mientras «temer» mantiene la raíz y solo cambia en la desinencia, «saber». cambia totalmente al ser conjugado:
Raíz Presente Pretérito Perfecto Simple Futuro
tem- tem-o tem-í tem-eré
sab- sé supe sabré
En conclusión: «Saber» es un verbo irregular porque se aparta del modelo de conjugación.
Cómo reconocer un verbo irregular
Para reconocer si un verbo es regular o irregular, hay que conjugarlo de acuerdo con los verbos modelo (amar, temer y partir) en los tiempos presente, pretérito perfecto simple y futuro. Si cambia el sonido con que pronunciamos la raíz o cambian las desinencias, es un verbo irregular.
Resaltamos que debe alterarse el sonido, porque un verbo puede sufrir una modificación ortográfica sin que cambie la pronunciación, en cuyo caso sigue siendo regular.
Ejemplo:
Verbo Presente Pretérito Perfecto Simple Futuro
sacar saco saqué sacaré
proteger protejo protegí protegeré
Ambos verbos son regulares, porque solo cambiaron algunas letras pero el sonido no sufrió modificación.
Tiempos claves
Hay que saber conjugar bien en los tres tiempos principales para reconocer un verbo irregular, pues si se presenta irregularidad en él:
Presente del Indicativo → Presente → Subjuntivo
también se observará en el del Imperativo y en el
Pretérito Perfecto Simple → Pretérito Imperfecto → Subjuntivo
del Indicativo, también en el y Futuro del Indicativo
Futuro del Indicativo → Condicional Simple
también en el del Indicativo
Actividades
1. Subraya los verbos conjugados en esta fábula y distingue entre regulares e irregulares:
Las mejores semillas
Un empresario agricultor participaba todos los años de la principal feria de agricultura de su ciudad. Lo más extraordinario es que él siempre ganaba el trofeo «Maíz del año».
En una ocasión, un reportero lo abordó al salir de la premiación y quedó muy intrigado con la revelación del agricultor. Descubrió que él compartía buena parte de las mejores semillas de su plantación de maíz con sus vecinos.
¿Cómo puede usted compartir sus mejores semillas con sus vecinos, cuando ellos están compitiendo directamente con usted?
El agricultor respondió:
¿Usted no sabe? ¡Es simple!
El viento recoge el polen del maíz maduro y lo lleva de campo en campo.
Si mis vecinos cultivaran maíz inferior al mío, la polinización degradaría continuamente la calidad de mi maíz.