Los refranes (1)

Son dichos populares agudos y sentenciosos que suelen contener consejos o moralejas.

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Los refranes expresan parte de los valores y la visión del mundo de una cultura en particular, de allí la importancia de comprender la relación entre estas expresiones con la realidad.

Veamos algunos ejemplos con sus correspondientes significados.

Yo me lavo las manos, o lavarse las manos.

Su popularidad se debe al hecho histórico de Poncio Pilatos cuando se lavó las manos como respuesta a la condena de Jesucristo. En realidad, este gesto era una práctica simbólica en esa época para dar testimonio de inocencia ante cualquier grave acusación. Actualmente, alude a la liberación de toda responsabilidad ante una acción determinada.

Y por casa..., ¿cómo andamos?

Se utiliza como una llamada de atención a alguien que critica los defectos de otras personas, sin analizar los propios.

Y..., ¿qué te puedo cobrar?

Con el tiempo, esta locución comienza a usarse en tono festivo, para dar a entender que no hay dinero que pudiera pagar un servicio y, de hecho, no se cobra nada.

Zapatero, a tus zapatos.

Según los testimonios de los historiadores Valerio Máximo y Plinio el Viejo, la frase fue pronunciada en cierta oportunidad por Apeles, el pintor griego más célebre de la Antigüedad. Este artista acostumbraba a exponer sus cuadros en la plaza pública y así podía escuchar directamente la opinión de la gente acerca de sus trabajos. En cierta oportunidad, Apeles había expuesto el retrato de una persona importante de su ciudad y un zapatero que pasaba por el lugar se detuvo a observar la obra y criticó la forma de una de las sandalias del personaje. Como Apeles era muy abierto a las críticas decidió aceptar el consejo, llevó la obra a su taller, la rectificó y, nuevamente, la llevó al lugar de exposición. Al otro día, el mismo zapatero se acerca a Apeles, nota la corrección y al ver que el pintor había acatado su sugerencia, se sintió autorizado para extender sus críticas a otros aspectos de la obra. En esta segunda ocasión, no le cayó nada bien el comentario y muy enojado lo encaró y le dijo: «Ne supra crepidam sutor judicaret», que significa que el zapatero no debe juzgar más arriba de las sandalias. En su traducción, se redujo simplemente a «Zapatero, a tus zapatos», y se usa como consejo a quien pretende juzgar asuntos ajenos en los que no es experto.

Fuentes

Recuperados de:

http://www.abc.com.py/edicion-impresa/locales/refranes-letras-y-y-z-884459.html

http://neetcurioso.com/de-donde-viene-el-refran-zapatero-a-tu-zapato/

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