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Artículo 15º
Objetivo: Conoce su derecho de reunirse y asociarse, pero pacíficamente.
Este artículo habla acerca del derecho que tiene cualquier niño a la libertad de asociación y a celebrar reuniones, siempre que ello no perjudique los derechos de otros.
Libertad de asociación
La Convención de los Derechos del Niño reconoce en su artículo 15º el derecho de los niños y niñas a la libertad de asociación y a celebrar reuniones pacíficas. El derecho reunirse, de formar grupos, y organizarse con el propósito de tocar cuestiones o temas de interés común es un derecho humano. Inclusive la habilidad de organizarse y formar grupos es un medio importante a través del cual los niños y las niñas pueden aprender no solo en el aula, sino también unos de otros y, a la vez, a convivir en sociedad, puesto que les será muy útil para conseguir beneficios tanto para sí mismos como para los demás.
El derecho a reunirse
Es un derecho personal, humano, que debe ser ejercido con relación a otros. Ya lo dice el libro más sabio de todos, la Biblia, que no es bueno que el hombre esté solo. Y no es bueno que el niño o la niña esté solo. Es importante que desde la familia y la escuela se los anime a reunirse y a asociarse. Y aunque es importante reunirse y compartir con otros, el de reunión es un derecho meramente temporal. Porque al juntarse con otros compañeros de aula o amigos, una vez terminada la clase, o el tema de la reunión, esta también termina, mientras en la asociación, tiene un sentido de permanencia, generalmente persigue un fin, de ahí su diferencia e importancia.
El derecho a asociarse
En ese sentido, insistimos, es importante fomentar en los niños y las niñas las reuniones, porque aunque en general, las asociaciones comenzarán y se desarrollarán con base en reuniones de sus miembros, con el tiempo desembocará en una agrupación de personas estable y organizada para la persecución y consecución de fines determinados, que pueden ser religiosos, políticos, deportivos, laborales, ecológicos, educativos, culturales, etcétera.
Por eso es fundamental que los niños y las niñas ejerzan este derecho, porque el derecho de asociación no solo ayudará a su formación como personas, sino también a su formación como buenos ciudadanos que lucharán por el bien común. Asimismo, este derecho no solo favorece a las personas que desean formar asociaciones, sino que también les garantiza a las asociaciones que formaron el derecho de operar en libertad y sin interferencia.
Es un derecho, no una obligación
Sin embargo, no hay que olvidar que el derecho de asociación es un derecho, jamás una obligación, como lo habíamos dicho más arriba, ya consagrado en 1948 por la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 20º, donde establece que toda persona goza de los derechos de reunión y de asociación pacíficas, pero que nadie está obligado a integrar una asociación. Y, si bien, por ejemplo el niño o la niña tiene el derecho y la libertad para formar centros de estudiantes, integrar clubes, comités, etc., no están obligados, de ninguna manera, a integrar ni estas asociaciones ni mucho menos otras que atenten contra otros.
Para saber más
La Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 15º, establece:
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.
2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional o pública, el orden público, la protección de la salud y la moral públicas o la protección de los derechos y libertades de los demás.
Reflexiono y contesto conforme a la lectura:
1. ¿Por qué formar grupos es un medio importante?
2. ¿Cómo se ejerce el derecho a reunirse?
3. ¿Cuál es la diferencia entre reunirse y asociarse?
4. ¿Qué les garantiza este derecho a las asociaciones?
5. ¿Asociarse es una obligación?
Lic. Marisol Palacios
Objetivo: Conoce su derecho de reunirse y asociarse, pero pacíficamente.
Este artículo habla acerca del derecho que tiene cualquier niño a la libertad de asociación y a celebrar reuniones, siempre que ello no perjudique los derechos de otros.
Libertad de asociación
La Convención de los Derechos del Niño reconoce en su artículo 15º el derecho de los niños y niñas a la libertad de asociación y a celebrar reuniones pacíficas. El derecho reunirse, de formar grupos, y organizarse con el propósito de tocar cuestiones o temas de interés común es un derecho humano. Inclusive la habilidad de organizarse y formar grupos es un medio importante a través del cual los niños y las niñas pueden aprender no solo en el aula, sino también unos de otros y, a la vez, a convivir en sociedad, puesto que les será muy útil para conseguir beneficios tanto para sí mismos como para los demás.
El derecho a reunirse
Es un derecho personal, humano, que debe ser ejercido con relación a otros. Ya lo dice el libro más sabio de todos, la Biblia, que no es bueno que el hombre esté solo. Y no es bueno que el niño o la niña esté solo. Es importante que desde la familia y la escuela se los anime a reunirse y a asociarse. Y aunque es importante reunirse y compartir con otros, el de reunión es un derecho meramente temporal. Porque al juntarse con otros compañeros de aula o amigos, una vez terminada la clase, o el tema de la reunión, esta también termina, mientras en la asociación, tiene un sentido de permanencia, generalmente persigue un fin, de ahí su diferencia e importancia.
El derecho a asociarse
En ese sentido, insistimos, es importante fomentar en los niños y las niñas las reuniones, porque aunque en general, las asociaciones comenzarán y se desarrollarán con base en reuniones de sus miembros, con el tiempo desembocará en una agrupación de personas estable y organizada para la persecución y consecución de fines determinados, que pueden ser religiosos, políticos, deportivos, laborales, ecológicos, educativos, culturales, etcétera.
Por eso es fundamental que los niños y las niñas ejerzan este derecho, porque el derecho de asociación no solo ayudará a su formación como personas, sino también a su formación como buenos ciudadanos que lucharán por el bien común. Asimismo, este derecho no solo favorece a las personas que desean formar asociaciones, sino que también les garantiza a las asociaciones que formaron el derecho de operar en libertad y sin interferencia.
Es un derecho, no una obligación
Sin embargo, no hay que olvidar que el derecho de asociación es un derecho, jamás una obligación, como lo habíamos dicho más arriba, ya consagrado en 1948 por la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 20º, donde establece que toda persona goza de los derechos de reunión y de asociación pacíficas, pero que nadie está obligado a integrar una asociación. Y, si bien, por ejemplo el niño o la niña tiene el derecho y la libertad para formar centros de estudiantes, integrar clubes, comités, etc., no están obligados, de ninguna manera, a integrar ni estas asociaciones ni mucho menos otras que atenten contra otros.
Para saber más
La Convención de los Derechos del Niño, en su artículo 15º, establece:
1. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.
2. No se impondrán restricciones al ejercicio de estos derechos distintas de las establecidas de conformidad con la ley y que sean necesarias en una sociedad democrática, en interés de la seguridad nacional o pública, el orden público, la protección de la salud y la moral públicas o la protección de los derechos y libertades de los demás.
Reflexiono y contesto conforme a la lectura:
1. ¿Por qué formar grupos es un medio importante?
2. ¿Cómo se ejerce el derecho a reunirse?
3. ¿Cuál es la diferencia entre reunirse y asociarse?
4. ¿Qué les garantiza este derecho a las asociaciones?
5. ¿Asociarse es una obligación?
Lic. Marisol Palacios