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La base de todo pensamiento y trabajo creador y de realización humana es conocerse y entenderse a sí mismo. Antes de proponerse otras metas hay que conocerse. Pero conocerse suele ser lo último que hace la mayor parte de la gente. Tenemos miedo a conocernos. Quizás sabemos o intuimos que hay demasiado desorden dentro de nosotros mismos. Y es necesario poner orden. Cuesta mucho decidirse a poner orden interior. Pero antes de poner orden hemos de saber qué es lo que vamos a ordenar. Es necesario conocer qué somos y cómo somos. Conocerse es lo primero. No que te conozca el psiquiatra o un amigo o un consejero. Que te conozcas tú.
El mundo es lo que son los hombres y mujeres que vivimos en él. La familia es lo que son los que la componen. La sociedad es lo que son los miembros que la componen. ¿Cómo pretendes decir que conoces a tu familia y a la gente si no te conoces a ti? Si te conoces superficialmente, también superficialmente conocerás a tu familia y a los demás. Y los problemas también los conocerás en la superficie y las soluciones también serán superficiales. Y el mal permanecerá sin resolver y sin cambiar el fondo. Es necesario conocernos y entendernos antes de empezar cualquier trabajo de mejoramiento personal. Sin miedo ni temores. En tu interior hay desorden, quizás. Pero ningún monstruo. No tengas miedo de entrar dentro de ti. No tengas miedo de conocerte. En tu interior hay tesoros empolvados. Hay riquezas inexploradas. Hay belleza en las sombras. Bajo el polvo y las sombras hay más bien y belleza de lo que tú piensas. Lo primero es conocerte, entenderte, comprenderte, aceptarte y amarte. Si no te aceptaste, ¿Quién te va a aceptar? Si no te aceptas a ti, ¿a quién aceptarás? Si no te amas tú, ¿quién te amará? Si no te amas a ti, ¿a quién amarás? Pero, ¿cómo conocerte? Observa cuáles son los motivos de tu alegría y de tu tristeza. Ellos te enseñarán algo de ti. Mira qué buscas en la vida. Cuál es tu objetivo principal en tu vida, en tu trabajo, en tus proyectos, en tus aspiraciones. Observa tus sentimientos, tus ambiciones, tus deseos, tus temores. Ellos son expresión clara de ti mismo. El camino es largo. Pero te conduce a una mansión bella y hermosa: Tú mismo.