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La irritabilidad o excitabilidad es la capacidad de los organismos vivos de responder ante cambios físicos o químicos y esas respuestas tienen la finalidad de que el ser vivo se adapte a los variaciones ocurridas en el medio que le rodea.
Las plantas realizan la función de relación por medio de movimientos limitados, como el de la sensitiva (mimosa), o las plantas carnívoras que reaccionan ante el contacto con un insecto cerrándose. El movimiento de las flores del girasol, la apertura o el cierre de flores en respuesta a la presencia de luz y el crecimiento en una dirección determinada en respuesta a un estímulo son ejemplos de las formas en que la planta realiza la función de relación.
Para que puedan ser eficientes, estas respuestas deben estar coordinadas y son las hormonas vegetales o fitohormonas las encargadas de esa función.
Las fitohormonas son sustancias químicas secretadas en pequeñas cantidades por los tejidos meristemáticos ubicados en las raíces, tallo, hojas y desde allí se transportan a distintas partes de la planta, regulando procesos tales como la germinación, crecimiento, floración, polinización, formación y maduración del fruto, caída de las hojas y rebrote de las mismas.
Fuentes: