La tecnología del semáforo es una invención para ordenar el tráfico vehicular, cuya aparición se remonta al año 1868, cuando Jhon Peake Knight, ingeniero ferroviario diseñó el primer semáforo, y para construirlo se basó en las señales ferroviarias de la época. Esta tecnología fue muy diferente a la actual, con dos brazos que se levantaban para indicar el sentido en que tenía que detenerse, además empleó lámparas de gas de colores rojo y verde para su uso nocturno. Sin embargo, este primer semáforo era manual, por lo que requería que un policía lo controlase todo el tiempo.
Posterior a este puntapié inicial de la idea del semáforo, en 1910, Ernest Sirrine lo mejoró volviéndolo automático, utilizando las palabras «stop» para detenerse y «proceed» para seguir la marcha.
Pero fue la innovación de los automóviles la que produjo cambios en el control del tráfico; en 1910, la ciudad de Los Ángeles tuvo el registro per cápita de automóviles más alto en el mundo, de esta manera, los avances en la tecnología de la ingeniería eléctrica efectuaron mejoras en las señales de tránsito, teniendo en cuenta el desarrollo de programadores automáticos, de ahí que el primer semáforo automático que utilizaba luces rojas y verdes eléctricas fue patentado por William Ghiglieri en San Francisco, California, en 1917. Su diseño también incluía un modo manual.
Tanto peatones como automovilistas tenían dificultades para adaptarse a las nuevas luces automáticas, ya que se enfrentaron a una nueva regulación de un comportamiento ya establecido, un ajuste más exigente que afrontar, nuevas reglas para nuevos comportamientos para conducir, asimismo, los peatones nunca se organizaron, estos eran verdaderos obstáculos para el buen funcionamiento del sistema.
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En 1920, William Potts, inventor de varios semáforos, añade la luz amarilla, para esa época los semáforos ya se habían expandido alrededor del mundo, pero, a diferencia de los demás de dos etapas, el de tres etapas permitía advertir de una mejor manera al conductor sobre el inminente cambio a la luz roja. Garrett Morgan fue la primera persona en lograr la patente por un semáforo eléctrico de tres etapas en 1923. Sin embargo, su semáforo aún distaba del actual pues tenía dos brazos y usaba palabras iluminadas.
Recuerda
¡Nunca olvides! El semáforo y todas las demás señales de tránsito son fundamentales para evitar accidentes, transgredirlos supone falta grave.
Actividades
1. Elabora una línea de tiempo de la invención y desarrollo del semáforo.
2. Reflexiona acerca de la importancia de respetar el semáforo.
3. Comparte con los compañeros tus respuestas.
Fuentes
Mc SHANE, C. (1999). Los orígenes y la globalización de las señales de control de tráfico (de automóviles y transeúntes). Disponible en http://bit.ly/2dLfYxA