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Aunque puede suponer un factor de riesgo, los problemas conductuales o emocionales de los menores no pueden ser directamente achacables a la separación, y menos como causa única.
Podemos pensar por ejemplo, en aquellas parejas que mantienen una relación verdaderamente tormentosa sin llegar a separarse. Se trata de relaciones que poco aportan al desarrollo y la estabilidad emocional de los menores; viven con impotencia, rabia y miedo ante una continuada situación de conflictividad que manifiestan los padres.
Hay casos en los que el divorcio es la mejor solución para una situación que estaba perjudicando probablemente a toda la familia.
Durante el proceso de separación, los padres tienen que dialogar de forma positiva y constructiva con el hijo, para que este sepa y comprenda lo que está ocurriendo, y pueda resolver también sus dudas. Es un error intentar utilizar ese diálogo para el desahogo emocional y los reproches. O para buscar la solidaridad del hijo. La idea aquí no es emplear la comunicación para hablar de lo que nos preocupa a nosotros, sino para centrarnos en los contenidos que le pueden preocupar a él. Tendremos que utilizar lógicamente un lenguaje que pueda comprender.
Efectos de la separación
La sensación que tienen muchos jóvenes —viendo su propia realidad y la de algunos de sus propios amigos— es que eso del amor para toda la vida, es poco menos que imposible. Algunos crecen convencidos de que a ellos también les pasará lo mismo.
Piensan que acabarán separándose. Llegan a la conclusión de que, ante los problemas de pareja, resulta más fácil optar por romper y acabar con la relación, que intentar resolver las diferencias y conflictos, introducir cambios o buscar soluciones o mejoras.
Recuerda
La edad de los hijos, su madurez y personalidad son variables que determinan en gran medida su reacción, respuesta y adaptación ante la separación de los padres. Pero, el criterio con el que estos hayan actuado durante la fase previa al conflicto o desavenencias, en la de ruptura y con posterioridad a esta, tendrá una influencia muy significativa en cómo pueden vivenciar los hijos la separación.
Actividad
. Conversa con tus hijos sobre la relación familiar y explica que los padres no son perfectos y pueden cometer errores como todos, lo cual no asegura que sus relaciones futuras sean semejantes.
Fuente
Educar sin gritar. Guillermo Ballenato. España – 2007.