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El “periodismo escolar” no es un fenómeno que haya surgido en este nuevo siglo. De hecho, surge con Célestin Freinet (1896-1966), un maestro que en el sur de Francia quiere superar la enseñanza memorística, represiva y divorciada de la vida, que hace adoptar a los niños actitudes pasivas y amorfas (HUERGO: 2001, 42). Los tres motivos que impulsaron a Freinet a buscar nuevas soluciones educativas fueron la pobreza en la escuela donde trabajaba, la carencia de maestros y su estado de salud, ya que debido a una herida de pulmón durante la Primera Guerra Mundial, no podía hablar en voz alta durante mucho tiempo seguido. Así, pues, nacía el periódico escolar “El libro de la vida”. Esta no fue considerada como una actividad complementaria ni entendida como mera "actividad extracurricular", sino como el eje central y motor del proceso educativo. Con esta incentivación, los niños escribían y producían no para un cuaderno personal, sino para la comunidad escolar.
El modelo de periodismo escolar de Freinet sirvió de fuente de inspiración a educadores de todo el mundo, y a lo largo del siglo XX, con distintos sistemas de difusión y adaptaciones regionales van surgiendo "periódicos infantiles" y "juveniles" en toda Europa, América del Norte y América Latina.
Situar al alumno en el rol de periodista lo estimula a leer, preguntar, analizar, a ser críticos y, también, a refinar su capacidad comunicativa para divulgar los resultados de su opinión. Además contribuye a la mejora de la formación cívica y es una excelente manera de mejorar sus habilidades lingüísticas. Tampoco podemos olvidar que ponerse en contacto con la realidad supone contactar también con los sujetos que lo rodean tanto dentro como fuera del centro educativo, establecer un vínculo con la vida cotidiana, lo que fomenta la interacción y las relaciones sociales.
Desarrollar la expresión oral, mejorar las posibilidades de comunicación utilizando el discurso como herramienta estratégica y planificar qué decir son algunas de las cuestiones que se persiguen cuando en la escuela se emprende el trabajo en la radio. La idea de hacer radio surge ante las dificultades expresivas. El objetivo es que los niños desarrollen la oralidad. Después de esta experiencia, ellos se sienten más sueltos para hablar, pues al principio les aparece como un tartamudeo, mucha vergüenza, y la sensación de no saber qué decir, pero todo eso va cambiando con la práctica.
La tarea comienza presentando las características de la radio: la fuerza de la palabra oral, el vínculo que se genera con la audiencia que a través de la voz, la música, los efectos, los silencios y los sonidos puede conocer e imaginar, nuevas historias, suponer rostros, idealizar e inventar imágenes.
La radio es una oportunidad especial para relatos cotidianos, para que se graben las entrevistas a los vecinos o a los referentes de la comunidad, pues estimulan a los alumnos a que pregunten y que los miembros de la comunidad puedan hablar de sus realidades.
Las radios educativas deben asimilar cuatro elementos básicos de la mediación pedagógica.
Partir siempre del otro, es decir, del que está en situación de aprendizaje. Para ello las radios realizan investigaciones, sondeos de audiencia, clubes de oyentes, encuestas.Trabajar la información de manera pedagógica. No caer en una acumulación de datos, en un mero traspaso de información. Se escribe para radio incorporando las formas y giros lingüísticos del lenguaje cotidiano de la gente: se ejemplifica, se apela a la experiencia, a los relatos, a las comparaciones, a los dichos y refranes populares, a las onomatopeyas…Las propuestas de aprendizaje se producen de manera pedagógica. No reducir todo a consignas, a órdenes. Escuchando se aprende: las programaciones radiofónicas de calidad deben elaborarse de manera que estimulen, promocionen y animen a la audiencia.La forma educa. Formas, géneros y recursos de la radio también educan. Muchas veces se ha descuidado la forma de la producción por privilegiar los contenidos. La música y otras estrategias de entretenimiento hoy no se conciben como un relleno dentro de la programación radial, sino como parte integrante fundamental de acompañamiento y aprendizaje para los sectores populares y excluidos. La letra con risa entra.
La programación radial va dejando huellas en sus oyentes en la medida en que abundan los ejemplos, la interlocución, las relaciones de cercanía. La radio debe situarse entre nosotros para que se establezca la comunicación, debe hablar desde nuestros lugares, desde nuestras experiencias cotidianas, desde lo más inmediato.
Dentro del conjunto de programas y formatos más usados por la comunicación radiofónica con fines educativos resaltamos algunos por su relevancia, magnitud e impacto en las audiencias, destinatarias del hecho educativo.
.Las cuñas educativas. Formatos de treinta (30) segundos que provocan cambios culturales y de comportamiento social, con la familia, en las relaciones humanas, los valores, los derechos, la responsabilidad ciudadana, la protección del ambiente, otros.
.Los microprogramas. De uno a cinco minutos de duración tratan asuntos diversos como la identidad, la familia, la ecología y ambiente, valores, historia de barrios, otros.
.Las campañas de prevención y acciones cívicas permiten actividades de la comunidad, tales como jornadas de salud, cedulación, campañas de solidaridad, de asistencia a enfermos, discapacitados y desamparados, o para comunidades que han atravesado catástrofes.
.Los musicales y programas de entretenimiento en general están compuestos por los espacios musicales y las transmisiones deportivas.
.Las transmisiones en vivo. Acompañamiento de actividades culturales o de recreación.