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(de Rosa María Roé)
En un jardín de matorrales, entre hierbas y maleza, apareció como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus pétalos parecían de terciopelo y el rocío de la mañana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes.
Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que era.
Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfección: su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se daba cuenta de que todo aquel que la veía solo tenía elogios para ella.
Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza y vivían hechizadas por su aroma y elegancia.
Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín pensando: “¡Cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra!”, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardín, la cual empezaba a marchitarse.
–Hace días que no llueve –pensó–. Si se queda aquí mañana ya estará mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que me regalaron.
Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.
–La dejaré aquí –pensó– porque así le llegará la luz del sol.
Lo que la joven no sabía es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jamás había llegado a conocer.
–¿Esta soy yo? —pensó—. Poco a poco, sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida, vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó:
—¡¡Vaya, vaya!! Hasta ahora no me había dado cuenta de quién soy en realidad, ¿cómo he podido estar tan ciega?
La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad.
Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazón.
De la historia leída podemos deducir los elementos principales que dan el marco referencial para el desarrollo de la narración.
* La idea principal:
La gente suele quejarse de no ser querida cuando el verdadero problema es que no sabe querer a nadie, ni siquiera a sí misma.
* La enseñanza es:
Todos somos valiosos por nosotros mismos; mucho más de lo que a veces creemos.
* El ambiente físico en el cual se desenvuelve la historia es:
Un jardín de matorrales cubierto de hierbas y maleza
* Los personajes que intervienen son:
Una rosa y una niña.
Actividad basada en la comprensión lectora
De acuerdo con el contenido del cuento, completamos estas ideas.
* Una interesante descripción de la rosa es
* La rosa pensaba de sí misma que
* Las malas hierbas pensaban de la rosa que
* Todos querían elogiarla porque
* La hermosa comenzaba a marchitarse porque
* La expresión ¿Cómo he podido estar tan ciega? significa que
* El cuento se llama así porque