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El universo, así como lo conocemos, solo tiene dos componentes: la materia y energía. La materia integra todos los objetos que nos rodean y sus componentes básicos son los átomos. Existen muchos tipos de átomos que se combinan formando elementos y compuestos, y debido a esa gran variedad de posibilidades los cuerpos presentan características que los diferencian: son las características específicas. Pero la materia presenta propiedades comunes denominadas propiedades generales.
Las propiedades generales son aquellas presentes en todos los cuerpos, sin importar su aspecto o estado físico.
Masa: cantidad de materia que tiene un cuerpo. Es una propiedad invariable, ya que no depende del volumen ni de la posición del objeto.
Peso: fuerza con la cual la gravedad de la Tierra atrae a un cuerpo. Esta propiedad está relacionada con la masa y puede cambiar si varía la gravedad. Esta es la razón por la cual un objeto pesará menos estando en la Luna que en la Tierra, puesto que la gravedad de nuestro satélite es menor.
Extensión o volumen: espacio que ocupa un cuerpo. El volumen o la extensión de los objetos puede variar, dependiendo de condiciones como la presión a la cual está sometido.
Inercia: resistencia de los cuerpos a cambiar su estado, ya sea de reposo o de movimiento, a no ser por la acción de una fuerza.
Impenetrabilidad: cada cuerpo ocupa un lugar en el espacio que no puede ser ocupado por otro cuerpo simultáneamente.
Divisibilidad: todo cuerpo puede ser dividido en partes más y más pequeñas.
Porosidad es otra propiedad que presentan los cuerpos, ya que esos componentes que los integran (partículas, moléculas o átomos) no forman una estructura totalmente compacta, dejan espacios o poros entre ellos. También es importante recordar como propiedad de la materia la indestructibilidad, ya que la misma no puede ser destruida, solamente puede transformarse por acción de la energía.