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Para lograr un resultado excelente en el uso de la madera, que uno de los elementos más antiguos utilizados por el hombre, hay que tener presentes ciertos aspectos relacionados con la forma de corte, el curado y el secado.
Los derivados de la madera son una opción económica y resistente para elaborar muebles u otros objetos. Son obtenidos a partir de virutas, aserrines, cortezas y ramas.
Clasificación según su uso
Maderas blandas: son ligeras y baratas; son las más empleadas en el mobiliario y en las estructuras. Provienen de árboles de crecimiento rápido, perennes o coníferos, como ciprés, pino, abeto, cedro, etcétera. Se la clasifica como blanda por la facilidad de trabajarla y su ductilidad.
Maderas duras: son más resistentes y más caras. Trabajarlas presenta mayor complicación por su irregularidad, pero en contrapartida, resultan más adecuadas para tratarlas con las máquinas. Con este tipo de madera, se fabrican muebles de calidad superior y excelente acabado.
Los derivados de la madera
Contrachapado: uno de los inconvenientes principales de la madera es su vulnerabilidad a los cambios atmosféricos y a la humedad; estos efectos pueden disminuirse elaborando tableros conformados por varias chapas de madera, encoladas y prensadas, lo que les da mayor resistencia.
Aglomerado: empleando los restos de diversos tipos de madera, se tritura, se mezclan, se calientan y se convierten en tableros rígidos. Es un sistema que aprovecha los residuos de carpintería, es barato y fácil de trabajar, de textura irregular y porosa. Sirve para elaborar parqués, tarimas y tableros. Hay aglomerados especiales para exteriores, pero los muebles obtenidos de este material son de baja calidad.
Fibras: se elaboran con fibras de madera que se unen con cola y prensa, procedentes de la pasta de madera. Hay dos clases de paneles: de fibra dura y de fibra mediana. Su resistencia a la humedad es baja.
Los derivados de la madera son una opción económica y resistente para elaborar muebles u otros objetos. Son obtenidos a partir de virutas, aserrines, cortezas y ramas.
Clasificación según su uso
Maderas blandas: son ligeras y baratas; son las más empleadas en el mobiliario y en las estructuras. Provienen de árboles de crecimiento rápido, perennes o coníferos, como ciprés, pino, abeto, cedro, etcétera. Se la clasifica como blanda por la facilidad de trabajarla y su ductilidad.
Maderas duras: son más resistentes y más caras. Trabajarlas presenta mayor complicación por su irregularidad, pero en contrapartida, resultan más adecuadas para tratarlas con las máquinas. Con este tipo de madera, se fabrican muebles de calidad superior y excelente acabado.
Los derivados de la madera
Contrachapado: uno de los inconvenientes principales de la madera es su vulnerabilidad a los cambios atmosféricos y a la humedad; estos efectos pueden disminuirse elaborando tableros conformados por varias chapas de madera, encoladas y prensadas, lo que les da mayor resistencia.
Aglomerado: empleando los restos de diversos tipos de madera, se tritura, se mezclan, se calientan y se convierten en tableros rígidos. Es un sistema que aprovecha los residuos de carpintería, es barato y fácil de trabajar, de textura irregular y porosa. Sirve para elaborar parqués, tarimas y tableros. Hay aglomerados especiales para exteriores, pero los muebles obtenidos de este material son de baja calidad.
Fibras: se elaboran con fibras de madera que se unen con cola y prensa, procedentes de la pasta de madera. Hay dos clases de paneles: de fibra dura y de fibra mediana. Su resistencia a la humedad es baja.