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De esa manera se dirigía el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-Moon, a la Asamblea General el 22 de marzo de 2015 a propósito de celebrarse el Día Mundial del Agua.
Dicha fecha viene recordándose desde el año 1993, ya que un año antes fue establecida durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medioambiente y Desarrollo llevada a cabo en la ciudad de Río de Janeiro, Brasil.
El agua en nuestro país
Si bien es cierto, el Paraguay está bendecido por una importante cantidad de recursos hídricos, como los ríos, arroyos, lagos, lagunas y embalses, también hay que reconocer que una parte importante de ellos, sobre todo los que se encuentran en zonas de influencia de las urbes más pobladas e importantes, sufren de un deterioro cada vez más grave debido a la polución del medioambiente.
Nuestro país tiene la fortuna de, prácticamente, «flotar» sobre agua, ya que cuenta en su territorio, aparte de los numerosos recursos hídricos ya mencionados, con los acuíferos Guaraní, Patiño e Yrendá. Hay que recordar que un acuífero es una gran reserva de agua subterránea que se ha ido acumulando a lo largo de los siglos debido a la saturación de la tierra que permite que el agua se filtre hasta depósitos naturales de piedra bajo la superficie, ya sea a pocos metros como a kilómetros de profundidad.
La cantidad de agua existente en esos depósitos es incluso mayor a la acumulada en los lagos y la que circula por los ríos. El acuífero Guaraní, por ejemplo, tiene una extensión aproximada de 1,2 millones de km2 y abarca Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay.
El acuífero Patiño, por su parte, es local. Abarca el radio de las ciudades de Asunción, Limpio y Paraguarí y, en la actualidad, corre gran peligro debido al desplazamiento de agua salinizada sobre el área de influencia de estos depósitos.
En cuanto al acuífero Yrendá, este se encuentra bajo la cuenca del Gran Chaco Americano y está compartido por Paraguay, Bolivia y Argentina. Debido a la característica geológica tan particular de la región, se alternan franjas de agua salobre y dulce.
El agua es un recurso vital para la humanidad y, por ello, está sujeto a intereses comerciales muy agresivos, a la explotación indiscriminada y al intento de acapararlo. Se suma a esto la desidia en su sostenimiento, sobrecarga de uso y polución que degrada la calidad de las aguas de los depósitos.
Debe ser un compromiso de las autoridades internacionales y nacionales, la definición de políticas de uso sostenible y de desarrollo a partir de su explotación racional, ya que es un elemento de interés general. A esas políticas se deben sumar las acciones responsables de los usuarios, cuyas intervenciones en el medioambiente no deben ser agresivas ni destructivas.
El agua es un derecho fundamental, un bien común, un recurso que la madre Tierra nos brinda para el sostenimiento de la vida. Hagamos del agua un bien de interés general, cuidemos de él.