La importancia de la rutina diaria y de los límites I

Muchos de los niños que han crecido sin una rutina diaria o sin límites, a partir de los tres o de los cuatro años, son difíciles de manejar.

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Los niños que crecen sin una rutina diaria o sin límites están constantemente buscando y probando hasta donde pueden llegar especialmente si están haciendo algo que les gusta, por ejemplo, si están viendo televisión, jugando afuera. También se resisten a asumir sus responsabilidades como recoger sus juguetes, hacer las tareas, etc.
Madres y padres tenemos que invertir mucha energía en lograr que los niños obedezcan y cumplan con sus responsabilidades. Hablamos, gritamos, los regañamos...y, a menudo, terminamos por castigarlos. Y todos terminamos exhaustos: los niños por estar desafiando a los padres, y los padres por tratar de que los niños los obedezcan.

Establecer una rutina diaria
Muchas madres no se dan cuenta de que el invertir un poco de tiempo en establecer una rutina diaria y establecer ciertos límites cuando sus niños son muy pequeñitos, les va a facilitar grandemente la vida familiar más adelante.
“La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. Ningún niño se siente cómodo en una situación en la que no sabe qué esperar. La rutina da una sensación de seguridad”.
Los límites le indican al niño que toda actividad tiene una duración. Como la palabra denota: “Puedes hasta acá - pero más allá, NO”.


Ejemplos de límites:
* Puedes jugar afuera hasta la cena.

* Puedes ver televisión de las 4 a las 6 de la tarde.

* A las 7:30 de la noche tienes que acostarte.
¿Cuándo tendríamos que empezar con la rutina diaria y los límites? Cuando los niños son pequeñitos.
La rutina diaria se va estableciendo a los pocos días de nacer el niño y es a través de la rutina diaria que nuestros bebés entran en contacto con cierto orden. Más adelante, poco a poco, se van introduciendo algunos límites.

La rutina diaria al principio es muy sencilla, pues sigue las necesidades físicas de la criaturita: se la alimenta seis o siete veces durante las 24 horas, o sea, cada tres o cuatro horas. El amamantar o darle el tetero o biberón toma aproximadamente una hora con el cambio de pañal. Poco a poco, el bebé y su madre van desarrollando un patrón de horario de comidas.
Lo único extraño en estos primeros días es el baño diario.

Es importante que el baño se haga a la misma hora todos los días para que forme parte de la rutina diaria. Algunas familias prefieren bañar a sus bebés al medio día, mientras que en otras familias prefieren hacerlo antes de la última comida del día del bebé.
¿Por qué es importante la rutina diaria? Porque el bebé va internalizando el orden de la rutina, y la repetición y la constancia del horario le van dando cierta seguridad frente a la incertidumbre de la vida.

Ya para los seis meses, un bebé estará comiendo cinco veces al día y dormirá de seis a ocho horas durante la noche. Es muy importante que desde ahora el niño intuya que hay una noche, o un periodo de descanso más largo, sin claridad y con menos ruido que durante el día.

Adaptado del libro Padres e Hijos, de Roberta Maso-Fleischman.
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