La entrevista (1.ª parte)

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Todos, en un momento u otro, fueron entrevistados o entrevistaron a otras personas: los padres preocupados por “lo que realmente pasó en el colegio” entrevistan a sus hijos, los empleadores entrevistan a los candidatos a empleados y los periodistas a las estrellas del cine. Quizá la mayoría vio en la televisión al inspector Colombo u otros inspectores de “La ley y el orden”, quienes realizan una serie de entrevistas a los sospechosos del crimen. Como todo lo que ocurre en una investigación, también la entrevista es un proceso social normal, pero adaptado a las exigencias científicas.

Tomada como instrumento de recolección de datos dentro de una investigación, la entrevista es definida por Tamayo Tamayo simplemente como “preguntas en forma oral que hace el investigador a un sujeto para obtener información, las cuales anota el investigador” (Tamayo y Tamayo, 1996:94). Ander-Egg amplía este concepto:

La entrevista consiste en una conversación entre dos personas por lo menos, en la cual uno es el entrevistador y otro u otros son los entrevistados; estas personas dialogan con arreglo a ciertos esquemas o pautas acerca de un problema o cuestión determinada, teniendo un propósito profesional. Presupone, pues, la existencia de personas y la posibilidad de interacción verbal dentro de un proceso de acción recíproca. Como técnica de recopilación estandarizada hasta conversación libre: En ambos casos, se recurre a una “guía” o “pauta” que puede ser un formulario o un esquema de cuestiones que han de orientar la conversación. (1995: 226).

2. Tipos de entrevistas.

Las entrevistas pueden ser más o menos formales. De acuerdo a este criterio, hay modalidades de entrevistas:

Entrevista estructurada: Tanto las preguntas como las respuestas se formulan y recogen de manera formal previamente preparada. La entrevista de este tipo toma el cariz de un interrogatorio en el cual el orden preestablecido de las preguntas se sigue estrictamente y se las formula con los términos exactos. En este tipo de entrevistas, “el investigador puede estar seguro de que si una persona es interrogada por el entrevistador B en lugar del entrevistador A (o por el entrevistador A en otra ocasión), las otras preguntas se harán en la misma forma y se obtendrán las mismas respuestas” (Moser y Kalton en Briones 1998: 98).

Entrevista no estructurada (en profundidad): Utiliza, por lo general, las preguntas abiertas y deja un mayor margen de libertad tanto para el entrevistado como para el entrevistador. En este caso, no se elabora un listado de preguntas concretas, sino uno de puntos centrales a partir de los cuales se desarrolla la entrevista. Esta modalidad es la preferida por los etnógrafos y se aplica a las investigaciones cualitativas.

Fuente: El trabajo intelectual y la investigación en las Ciencias Sociales.

ANTON P. BARON (3.ª edición ) ABP, 2009.

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