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No es una democracia
Cuando los mayores ruegan, negocian, sobornan, amenazan, dan segundas oportunidades o “razonan” con sus hijos, es muy difícil que consigan obediencia por parte de los niños.
La manera más común de no conseguir la obediencia de sus hijos se da cuando los padres discuten con sus hijos pequeños. El padre o la madre toma una decisión que al niño no le gusta y este chilla: “¿Por qué?”. Pero no se trata de una pregunta, sino de una invitación a la guerra. Al aceptar esta invitación, usted se mete de lleno en arenas movedizas, y se empeña en una guerra que no se puede ganar.
Por elocuente que sea la explicación, los niños solo son capaces de ver un punto de vista, el propio.
Permitirles crecer
En nuestra sociedad actual, existen casos muy llamativos de hijos mayores de 30 años que reciben ayuda (o dependen) de sus padres para pagar el alquiler de una hermosa casa, o mayores de 25 años a los cuales sus padres le compran ropa, o aquel hijo que cambia constantemente de trabajo y lleva una vida de lujos gracias al subsidio que le otorgan sus padres, y la lista podría seguir mucho más.
El mayor perjuicio para los hijos es tratar de evitar que dejen el nido y negarles la felicidad de aprender a volar con sus propias alas.
¿Siempre primeros?
Hemos llegado a obsesionarnos con la idea de llevar a los niños a una posición de preeminencia que no se han ganado y de la cual no obtienen beneficios. Y cuanto más gira la familia en torno al niño más se centra este en sí mismo.
Salvo los primeros años de su vida los pequeños no requieren atención constante, los niños necesitan comer pero si se les alimenta en demasía se vuelven adictos a la comida, lo mismo ocurre con la atención excesiva, es igualmente perjudicial, pues le dificulta al niño superar su egoísmo infantil (edad egocéntrica).
Permitirles aprender
Los niños deben aprender del éxito y de los fracasos, y con ello a sobreponerse de los reveses de la vida por cuenta propia, tanto es así que cuando los sobreprotegemos y no permitimos que esto ocurra, privamos a nuestros hijos de desarrollar su capacidad de autonomía e independencia a la hora de resolver conflictos.
En muchos casos el motivo por el cual los hijos nunca aprenden a ser autosuficientes es porque los padres jamás han esperado que lo sean.
Actividad
- Los integrantes de tu familia conversan acerca de las normas de convivencia que practican en la casa y consensuan a partir de ahí las estrategias que podrían aplicar para mejorar la crianza.