La biodiversidad en Paraguay, en peligro

La deforestación desmedida y sin pausas, tanto para traficar con los rollos de madera, como para elaborar carbón, el cultivo de rubros para exportar y la cría de ganado nos está dejando sin selvas; y con ello sin aire puro y sin hábitat de hermosas especies de animales y plantas.

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Sin olvidar, por supuesto, los tóxicos que contaminan los suelos, las aguas y enferma a la población del campo. Nuestro país cuenta con muy poca superficie de reservas y parques que tienen como objetivo preservar nuestra biodiversidad, agravada por el hecho de que las instituciones encargadas del control de estas tienen muy poco personal e infraestructura.

Parques y reservas del Paraguay

En el Alto Paraguay se encuentra el parque Defensores del Chaco, donde se quiere preservar el ecosistema de la llanura chaqueña y especies de árboles como el quebracho blanco, el palosanto; y animales como el puma, el yacaré y la garza. En el parque nacional Teniente Agripino Enciso hay bosques de plantas xerófilas, como las bromelias, el samu’û y el algarrobo; y una fauna caracterizada por el yaguareté, el oso hormiguero y el taguá, animal que se creía extinguido y que era conocido como fósil, hasta que finalmente se lo halló en esta región.

Hábitat amenazado por la sequía

El suelo de la reserva de recursos manejados Tinfunké, en Presidente Hayes, es inundable y es hábitat del ñandú, yacaré, yaguareté, carpincho, tujuju. La sequía que en parte del año afecta al río Pilcomayo y al estero Patiño amenaza al ecosistema más rico en variedades animales del Chaco.

Situado en los departamentos de Itapúa y Caazapá, en el parque nacional San Rafael hay cordilleras con bosques tropicales y una rica fauna de monos, aves muy raras, como el mosquetero y el águila arpía, venado, oso hormiguero, serpientes, además viven ahí los amenazados yaguareté, tapir o mborevi y ciervo de los pantanos o guasu.

Entre los departamentos Central y Cordillera, con sabanas arboladas de palmares de cocotero y karanda’y, se encuentra el parque nacional Ypacaraí, que alberga al lago, y muy cerca el monumento natural formado por los cerros Kói y Chorori, constituidos por areniscas columnares únicas en su género en Sudamérica, que fueron explotados irracionalmente hasta mediados de la década del 90.

El parque nacional Serranía San Luis, en Concepción, está cubierto por bosques, especialmente de trébol. Su fauna la forman gran variedad de aves, entre ellas el gua’a, en peligro de extinción. El trébol, casi extinguido, ha encontrado su hogar protector en el parque Paso Bravo, cerca de donde corre el majestuoso Aquidabán.

La reserva natural del bosque Mbaracayú está en Canindeyú, y es una de las últimas reservas de bosques. Actualmente el control y el cuidado son extremos, tratando de evitar la entrada del hombre, pero dejando a los aborígenes que sigan con su práctica de caza y recolección para su alimentación. Están en peligro el gua’a pytâ, yryvu ruvicha, jakupeti y pájaro campana. Hay cinco especies de felinos, el mborevi, jagua yvyguy, lobopé, 3 especies de armadillos, y los jakare hu y hovero. Las especies vegetales preservadas son el guatambú, peterevy, lapacho, yerba mate y el helecho arborescente, en peligro de extinción.

En la región Oriental se mezclan la naturaleza con la historia patria. Así, el parque nacional Cerro Corá, en Amambay, es uno de los más importantes, pues a su rica fauna y flora de clima tropical húmedo deben sumarse los restos arqueológicos prehispánicos, con escrituras de origen probablemente vikingo, en las rocas de los cerros de la cordillera, y el lugar donde tuvo lugar la última batalla de la Guerra de la Triple Alianza.

En la reserva del Ybytyruzú, en el Guairá, también hay sitios arqueológicos prehispánicos, con escrituras rúnicas vikingas, en el cerro Polilla, llamado también Ita Letra (Ita=piedra). En este parque se encuentra la cima más alta del país, el Tres Kandu.

En el monumento natural Ybycuí, en el departamento de Paraguarí, hay comunidades acuáticas, principalmente arroyos, de gran belleza paisajística, con hermosos saltos como el Cristal y el Guaraní. En él se encuentra la fundición de hierro La Rosada, donde se elaboraban los pertrechos para la Guerra de la Triple Alianza, como cañones, balas, y piezas para barcos.

Cráter convertido en reserva

La reserva natural Acahay abarca en su mayor parte el cráter del volcán dormido Acahay. Su flora la forman cactáceas y bromeliáceas y su fauna variedades de aves, insectos y mamíferos pequeños, como tapiti, y reptiles como el teju guasu.

Cerca de ahí, el parque del Lago Ypoá, al sudeste, es el hábitat de la comunidad indígena mbya guaraní. Tiene extensos esteros y lagunas alternados con bosques donde habitan yacarés, tortugas y garzas.

Un estero casi impasable es el Estero Bellaco, en el Ñeembucú, cuyo nombre viene de bellequear, que es el movimiento de los caballos intentando salir del pantano.

Cuando llueve es impenetrable y se puede observar el festín de las garzas comiendo peces. En el sur del Estero Bellaco, durante la Guerra Grande, dicen que el Mcal. López situó su ejército para detener a los aliados; ahí se libró una de las más cruentas batallas: 4.000 paraguayos contra 50.000 aliados.
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