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¿Quién crees que es Frida? ¿Por qué Santi pensará que enamorarse es muy duro?
Frida
De regreso al estudio. Otra vez, primer día de colegio. Faltan tres meses, veinte días y cinco horas para las próximas vacaciones. El profesor no preparó clase. Parece que el nuevo curso lo toma de sorpresa. Para salir del paso, ordena con una voz aprendida de memoria:
–Saquen el cuaderno y escriban con bolígrafo azul y buena letra, una composición sobre las vacaciones. Ojo con la ortografía y la puntuación. Tienen cuarenta y cinco minutos. ¿Hay preguntas?
Nadie tiene preguntas. Ni respuestas. Solo una mano que no obedece órdenes porque viene de vacaciones. Y un cuaderno rayado de cien páginas, que hoy se estrena con el viejo tema de todos los años: « ¿Qué hice en mis vacaciones?»
En mis vacaciones conocí a una sueca. Se llama Frida y vino desde muy lejos a visitar a sus abuelos colombianos. Tiene el pelo más largo, más liso y más blanco que he conocido. Las cejas y las pestañas también son blancas. Los ojos son de color cielo y, cuando se ríe, se le arruga la nariz. Es un poco más alta que yo, y eso que es un año menor. Es lindísima.
Para venir desde Estocolmo, capital de Suecia, hasta Cartagena, ciudad de Colombia, tuvo que atravesar prácticamente la mitad del mundo. Así, de tan lejos, es ella y yo no puedo dejar de pensar en ella un solo minuto.
Cuando me concentro bien, puedo oír su voz y sus palabras enredando el español.
En la playa compramos unos anillos de carey para cada uno. Alcanzamos a hacer un trato: no quitarnos los anillos hasta el día en que volvamos a encontrarnos. Nos tocó decirnos adiós, como si apenas fuéramos conocidos, para no ir a llorar ahí, delante de todo el mundo.
Ahora está muy lejos. En «esto es el colmo de lo lejos», ¡en Suecia!
Para mí la vida se divide en dos: antes y después de Frida. No sé cómo pude vivir estos once años de mi vida sin ella. No sé cómo hacer para vivir de ahora en adelante. «Esto de enamorarse es muy duro…».
Levanto la cabeza del cuaderno y me encuentro con los ojos del profesor clavados en los míos.
– A ver, Santiago. Léanos en voz alta lo que escribió tan concentrado.
Y yo empiezo a leer, con una voz automática, la misma composición de todos los años:
«En mis vacaciones no hice nada especial. No salí a ninguna parte, me quedé en la casa, ordené el cuarto, jugué fútbol, leí muchos libros, monté en bicicleta, etcétera, etcétera».
El profesor me mira con una mirada lejana, incrédula, distraída. ¿Será que él también se enamoró en estas vacaciones?
Actividades
1. Escribe entre paréntesis (S) si la acción corresponde a Santiago, (F) si corresponde a Frida y (SF) si se refiere a ambos.
· Otra vez primer día de colegio. (__)
· En la playa compramos unos anillos. (__)
- Vino a visitar a sus abuelos colombianos. (__)
- Los ojos son de color cielo y, cuando se ríe, se le arruga la nariz. (__)
- Ahora está muy lejos. (__)
- No sé cómo hacer para vivir de ahora en adelante. (__)
- Alcanzamos a hacer un trato. (__)