Corría el año 1844, plena Revolución industrial en Inglaterra, cuando un grupo de trabajadores de una fábrica textil quedaron sin trabajo. Las condiciones económicas no eran muy favorables por el desmedido aumento de los precios y escasos salarios. Entonces, en la ciudad de Roschadale, Inglaterra, deciden unirse y con el poco dinero que tenía cada uno crean un almacén de consumo.
La empresa que crearon sería administrada democráticamente y de manera igualitaria por todos los que aportaron, sin importar cuánto dinero puso cada uno. Nacía de esta manera la primera empresa cooperativa.
Esta empresa comunitaria que crearon resultó ser muy exitosa, porque se constituyó en una gran ayuda para los trabajadores que obtenían las mercaderías de consumo a menor precio que en los comercios habituales, y a los 28 tejedores desocupados que conformaron inicialmente la cooperativa se unieron más trabajadores que notaban la gran ayuda que representaba para la economía familiar el almacén de consumo.
Más adelante, este tipo de organizaciones fue extendiéndose a otros países de Europa, así en 1846, en Alemania, Frederick Raiffeisen crea con campesinos de su comunidad una «asociación para la obtención de pan y frutas», que construye una panadería que la gestionan ellos mismos. Más tarde, en 1864, crea las cajas rurales, que serían las primeras cooperativas agrícolas, cuyas organizaciones perduran hasta la actualidad.
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Desde sus inicios el cooperativismo ha demostrado ser un tipo de organización eficaz para ayudar a las familias y comunidades a mejorar sus condiciones de vida.
Para estar informados
En la historia de nuestro país, el cooperativismo siempre ha estado presente. Los nativos guaraníes, generalmente, desarrollaban prácticas cooperativas en la organización de sus comunidades. Las tribus se reunían en asambleas para decidir sobre los temas que les afectaban, practicaban el jopoi, o ayuda mutua para compartir los alimentos; y la minga para llevar adelante las tareas en conjunto. Todo esto fue muy bien aprovechado posteriormente en las reducciones jesuíticas.
Formalmente en los años 40, la llegada de colonos extranjeros, japoneses y europeos que practicaban este tipo de organización en sus asentamientos extendió la práctica en el Paraguay de las cooperativas agrícolas e industriales. Luego, en los años 60, se crean las primeras cooperativas de ahorro con la ayuda de organizaciones religiosas.
