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Al iniciar el trabajo de la tierra es importante tener en cuenta que no se debe trabajarla muy seca o húmeda. Si está seca, es recomendable humedecer mediante el riego hasta obtener un buen punto de humedad y laborarla al día siguiente.
No es bueno voltear la tierra ni trabajarla a más de 50 cm de profundidad, ya que en cada capa viven organismos diferentes que morirán si la volteamos.
Cuando incorporamos la materia orgánica no debemos hacerlo en profundidad, porque esta se pudriría y ocasionaría problemas al cultivo.
Según la nivelación del terreno podemos tener varias formas de riego:
Por acequias (zanja o canal): se deja llegar el agua por gravedad, desde un solo punto a todo el huerto.
Por aspersión: el agua llega al cultivo en forma de lluvia y proporciona una humedad uniforme en el suelo. El inconveniente está en los cultivos a los que no les conviene que se mojen sus hojas o tallos.
Por goteo: es siempre el más recomendable para que el agua llegue directo a cada planta sin salinificar ni desgastar el resto del suelo. Es de costo elevado, pero ahorra agua y evita inconvenientes.
A la hora de estructurar los tipos de cultivos, hay que tener en cuenta las nivelaciones. Si la forma de riego va a ser por gravedad, es decir, haciendo llegar el agua desde un solo punto distribuyéndola por canales por todo el huerto, la nivelación ha de ser lo más perfecta posible. Pero siempre es recomendable un riego por goteo, que ahorra agua y nos evita estos problemas.
Una vez definido lo anterior, veremos la forma en que haremos los canteros.
Era: se ablanda la tierra dejándola bien mullida al ras del suelo. Se siembra al voleo.
Caballón o surco: es el más conocido. Se prepara levantando el nivel del suelo para la siembra y se deja entre medio, surcos que se utilizan como camineros.
Bancal profundo: se usa en zonas con declive, creando espacios para cultivo a través del levantamiento de paredes de piedra, cerámicas o maderas. Ayuda también a disminuir la erosión del suelo.
Actividad
Analiza el terreno del cual dispones. Anota en un cuaderno, especialmente preparado para el huerto, los siguientes puntos:
Declive del suelo:
Con declive.
Sin declive.
Disponibilidad del agua:
Cerca.
Lejos.
Pozo artesiano.
Arroyo.
Agua corriente.
Cantidad de luz solar:
Mucha.
Poca.
Suelo:
Rico en materia orgánica.
Pobre en materia orgánica.
Duro.
Mullido.
Con pedregullo.
Vientos de la zona:
Norte.
Sur.
Este.
Oeste.
Abundantes.
Escasos.
Fuertes.
Débiles.