Inhalantes

Son drogas con la propiedad de evaporarse fácilmente, lo que permite que puedan ser inhalados. En este grupo encontramos muchas sustancias de uso común en el hogar. Durante mucho tiempo, diversas culturas utilizaron la inhalación de sustancias con fines religiosos o en rituales mágicos. Su uso como droga es más reciente y constituye, junto al tabaco, el alcohol y la marihuana, una de las sustancias de abuso más frecuente entre los adolescentes.

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Conforman un grupo de sustancias tan variadas que incluyen pinturas, colas, desengrasantes, aerosoles, anestésicos y pegamentos. Las cinco sustancias más frecuentemente ingeridas de este grupo son: gasolina, freón o líquido de las heladeras, butano de los encendedores, pegamentos y óxido nitroso, sin embargo, existen muchos más.

La inhalación de estas sustancias se realiza directamente del frasco o manteniendo un trapo o tampón cerca de la nariz, o introduciendo la droga en una bolsa de plástico que se aplica a la cara. También se pueden chupar telas embebidas con la sustancia o absorber de forma accidental por la piel, por ejemplo, en accidentes laborales. En general, son sustancias consumidas en grupo, y si el consumo es solitario, indica una gravedad mayor.

Todos los inhalantes pasan a la placenta, por lo que existe un alto riesgo en las mujeres embarazadas.

Los efectos que se observan en las personas que inhalaron alguna droga con esta característica se pueden agrupar en agudos (inmediatos al inhalar) y crónicos (a largo plazo). Los efectos agudos o inmediatos se vuelven a clasificar en cuatro fases y son similares a la intoxicación por alcohol.

La primera fase implica síntomas de excitación, euforia y alucinaciones. Además de náuseas, salivación, enrojecimiento de la cara y otros.

En la segunda fase se experimenta una leve depresión del sistema nervioso, que se expresa con confusión, desorientación, visión borrosa, dolores de cabeza, entre otros.

La tercera fase se manifiesta con mayor depresión del sistema nervioso, central y disminución del estado de alerta, con incoordinación motora y pérdida de los reflejos.

La cuarta y última fase conlleva un riesgo elevado de paro cardiaco y respiratorio por depresión profunda del sistema nervioso central, también la persona puede convulsionar y quedar inconsciente.

Los efectos crónicos se agrupan según sean locales (rinitis crónica, mal aliento, úlceras en la nariz y boca, conjuntivitis y bronquitis o del sistema nervioso central (anorexia, pérdida de peso, depresión, agresividad, paranoia, irritabilidad, dificultad para razonar y otros).

El consumo puede iniciar a edades muy tempranas, como siete u ocho años, y clásicamente se lo asocia a grupos marginales. Cuando se genera dependencia a la droga se pueden observar varios periodos de intoxicación al día, y si bien los efectos de todos los inhalantes son similares en cuanto a la intoxicación, existen diferentes complicaciones dependiendo del tipo de sustancia, por ejemplo, los compuestos que tienen tolueno (como la cola de zapatero) generan pérdida del tejido cerebral y los compuestos que tienen óxido nítrico (gas de la risa-anestésico) pueden producir muerte por falta de oxigenación del cerebro.

Actividad

Contesta.

1. ¿Cuál es la característica de las drogas inhalantes?

2. ¿Cuáles son los efectos agudos del consumo?

3. ¿Cuáles son los efectos crónicos?

4. ¿Cómo se consume este tipo de drogas?

5. ¿Cuál es el riesgo en mujeres embarazadas?

Fuentes

GÓMEZ PEREIRO, C. (2010). Manual de adicciones para médicos especialistas en formación. Socidrogalcohol.

Curso a distancia de drogas y salud mental. (2010). Asunción, Paraguay: AGR Servicios Gráficos.

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