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Las plantas en crecimiento y las que tienen tejidos jóvenes no resisten temperaturas extremas sufriendo daños que en la mayoría de las veces son irreversibles.
Prof. Catherine Rheineck
rheineck_72@hotmail.com
Las temperaturas
A temperaturas muy altas, las plantas jóvenes mueren y las adultas sufren daños. Las heladas dañan los ápices de las plantas jóvenes, o en las herbáceas al punto de causarles la muerte. También dañan los frutos y las flores en formación.
A temperaturas altas se producen daños a nivel del suelo y en las coronas de los tallos.
Por eso, es importante elegir bien la variedad de las plantas (para clima cálido o frío), teniendo en cuenta los puntos máximos y mínimos de temperatura que alcanza la zona en cada época o estación.
También es necesario estar provistos con hojas de cocotero, pindó o palmeras para poder usarlas como sombras o medias sombras. Estas sirven tanto para proteger del sol excesivo como para resguardar contra las heladas en el caso de plantines.
Realizar una cobertura verde del suelo, ya sea con pasto seco, hojas o palmas, es una manera bastante eficaz de mantener estable su temperatura, tanto para el frío como para el calor.
El oxígeno
La excesiva humedad del suelo y las altas temperaturas son dos factores que traen como consecuencia una baja concentración de oxígeno en el suelo.
Esto hace que las raíces se sequen. Esta falta de oxígeno también puede afectar a los frutos, especialmente en la época de altas temperaturas.
Para prevenirlo, debemos cuidar el drenaje del suelo y evitar la acumulación de agua y la pérdida excesiva de agua.
También es importante ayudar a la oxigenación del suelo con el uso de la laya en el momento que sea necesario, nivelando luego con el rastrillo.
Aportar lombrices al suelo es una manera eficiente de oxigenar la tierra gracias a las galerías subterráneas que estas realizan.
Nutrientes
Los elementos que requieren las plantas en grandes cantidades se llaman macronutrientes (fósforo, nitrógeno, potasio) y los que necesitan en menor cantidad se llaman micronutrientes (zinc, molibdeno, hierro, boro, etc.).
Ambos grupos de elementos son esenciales para su desarrollo normal.
Su exceso o deficiencia son perjudiciales para las plantas produciendo diferentes síntomas como ahilamiento, caída de las flores o los frutos en proceso de formación, poco desarrollo, etc.
El conocimiento del suelo permite elegir el sistema de cultivo más apropiado y optar por una buena rotación de cultivos.
Jalea de mandarina
Ingredientes
1 docena de mandarinas
La mitad de su peso en azúcar
Mitad de las cáscaras
Canela a gusto
3 clavos de olor
Procedimiento
Lave las frutas, pélelas, cocínelas en agua con la mitad de la cáscara. Escurra, corte en tiras finas las cáscaras y reserve.
Coloque en una cacerola la pulpa sin la piel y sin las semillas, agregue el azúcar; no revuelva hasta que el azúcar se haya disuelto; mezcle los otros ingredientes más la cáscara que reservó y lleve al fuego. Mezcle de vez en cuando, deje cocinar hasta que tenga punto de jalea. Recuerde que si se deja muy espesa, cuando se enfría se endurece mucho y resulta difícil usarla.
rheineck_72@hotmail.com
Las temperaturas
A temperaturas muy altas, las plantas jóvenes mueren y las adultas sufren daños. Las heladas dañan los ápices de las plantas jóvenes, o en las herbáceas al punto de causarles la muerte. También dañan los frutos y las flores en formación.
A temperaturas altas se producen daños a nivel del suelo y en las coronas de los tallos.
Por eso, es importante elegir bien la variedad de las plantas (para clima cálido o frío), teniendo en cuenta los puntos máximos y mínimos de temperatura que alcanza la zona en cada época o estación.
También es necesario estar provistos con hojas de cocotero, pindó o palmeras para poder usarlas como sombras o medias sombras. Estas sirven tanto para proteger del sol excesivo como para resguardar contra las heladas en el caso de plantines.
Realizar una cobertura verde del suelo, ya sea con pasto seco, hojas o palmas, es una manera bastante eficaz de mantener estable su temperatura, tanto para el frío como para el calor.
El oxígeno
La excesiva humedad del suelo y las altas temperaturas son dos factores que traen como consecuencia una baja concentración de oxígeno en el suelo.
Esto hace que las raíces se sequen. Esta falta de oxígeno también puede afectar a los frutos, especialmente en la época de altas temperaturas.
Para prevenirlo, debemos cuidar el drenaje del suelo y evitar la acumulación de agua y la pérdida excesiva de agua.
También es importante ayudar a la oxigenación del suelo con el uso de la laya en el momento que sea necesario, nivelando luego con el rastrillo.
Aportar lombrices al suelo es una manera eficiente de oxigenar la tierra gracias a las galerías subterráneas que estas realizan.
Nutrientes
Los elementos que requieren las plantas en grandes cantidades se llaman macronutrientes (fósforo, nitrógeno, potasio) y los que necesitan en menor cantidad se llaman micronutrientes (zinc, molibdeno, hierro, boro, etc.).
Ambos grupos de elementos son esenciales para su desarrollo normal.
Su exceso o deficiencia son perjudiciales para las plantas produciendo diferentes síntomas como ahilamiento, caída de las flores o los frutos en proceso de formación, poco desarrollo, etc.
El conocimiento del suelo permite elegir el sistema de cultivo más apropiado y optar por una buena rotación de cultivos.
Jalea de mandarina
Ingredientes
1 docena de mandarinas
La mitad de su peso en azúcar
Mitad de las cáscaras
Canela a gusto
3 clavos de olor
Procedimiento
Lave las frutas, pélelas, cocínelas en agua con la mitad de la cáscara. Escurra, corte en tiras finas las cáscaras y reserve.
Coloque en una cacerola la pulpa sin la piel y sin las semillas, agregue el azúcar; no revuelva hasta que el azúcar se haya disuelto; mezcle los otros ingredientes más la cáscara que reservó y lleve al fuego. Mezcle de vez en cuando, deje cocinar hasta que tenga punto de jalea. Recuerde que si se deja muy espesa, cuando se enfría se endurece mucho y resulta difícil usarla.