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Ing. Fritz Rheineck (+)
La influencia de los astros sobre los procesos vitales existe; por eso, debemos tenerlos en cuenta cuando realicemos las prácticas culturales de nuestra huerta, para que así no suframos los desequilibrios, las enfermedades, etc., y por ende, un bajo rendimiento en nuestra producción.
La Luna, en su vuelta alrededor de la Tierra cada mes, pasa delante de cada una de las constelaciones, lo mismo que el Sol en su vuelta anual alrededor de la Tierra. De esta manera, tanto la Luna como el Sol van trasmitiendo a las plantas (y a todos los seres vivos) las diferentes influencias de las regiones zodiacales por las que pasan.
Las plantas anuales sienten más las influencias de la Luna, en tanto que las que viven más, como los árboles, arbustos, etc., sienten más la influencia del Sol.
Podemos observar un tercer movimiento, y es el que la Tierra tiene sobre sí misma (día y noche), comparada con la exhalación y la inhalación. La salida del Sol llama al despertar; es como si la naturaleza se volcara hacia el exterior; es en este impulso hacia el exterior que la Tierra está exhalando, cuando la germinación de las semillas se ve estimulada, así como la actividad de las hojas. Por eso, debemos aprovechar para realizar las siembras y los procesos vitalizadores en este momento.
En cambio, en el impulso hacia el interior o inhalación, es la actividad de las raíces y del suelo la que se ve favorecida. Por lo tanto, es en este momento cuando debemos aprovechar para realizar los trasplantes, las podas, aporques y el preparado del compost.
Para poder aprovechar mejor nuestras labores en la huerta, es importante que podamos identificar correctamente las distintas fases de la Luna y la influencia que ellas ejercen sobre nuestras hortalizas:
Luna nueva: Cuando la parte iluminada es la opuesta a nuestro planeta, lo que hace que nos resulte invisible.
Cuarto creciente: Antes de hacerse visible, la Luna ofrece el aspecto de una tajada curva, cuyos cuernos (con cierta fantasía) se pueden comparar a una D mayúscula. Recordemos para su identificación que cuerno a Poniente es igual a cuarto creciente.
Luna llena: La Tierra se encuentra entre la Luna y el Sol, que ilumina con sus rayos la cara dirigida hacia nuestro planeta, dándole su máxima luminosidad.
Cuarto menguante: La Luna está por el lado opuesto que el anterior y va tomando la forma de ).
La Luna ejerce sobre los cuerpos de la Tierra una fuerza de atracción llamada marea. Cada lunación ofrece dos días de amplitud máxima en la marea que coinciden con las lunas llena y nueva, y dos mínimos que corresponden a los cuartos creciente y menguante.
Este influjo se hace sentir en la savia de las plantas de nuestra huerta, en su crecimiento y desarrollo, beneficiándolas o perjudicándolas, dependiendo del momento en que hemos realizado las labores (siembra, trasplante, cosecha). El momento de realizar las labores deberán variar según que el producto a obtener sea fruto, hoja, flor o raíz.
Así también, la luminosidad lunar, que es capaz de filtrarse en los lugares más densos en una relación del 27% porcentaje mucho mayor que la luz solar, que solo logra un 2% es capaz de influir en el crecimiento de los vegetales y un baño de luz lunar puede actuar como un potente insecticida.
Tomates al horno con queso
Ingredientes
4 tomates grandes
4 lonjas de queso
4 cebollitas
2 cucharaditas de mostaza
Orégano
Cebollita de verdeo
Sal y pimienta
Preparación
1.Cortar los tomates por la mitad, retirar la pulpa y mezclarla con la mostaza y las cebollitas bien picadas, sazonarlo todo con sal y pimienta.
2.Rellenar los medios tomates con esta mezcla y cocinarlos en el horno durante 5 minutos.
3.Cubrirlos con medias lonjas de queso, espolvorearlos con orégano y cebollita de verdeo bien picada. Introducirlos en el horno y gratinar unos minutos.
Observación: Es interesante poner las mitades de tomate boca abajo para que escurran toda el agua.