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En el Día del Maestro todos queremos regalar algo a nuestra maestra, a este fin nos disponemos y preparamos nuestro obsequio. Desde esta página, no podríamos quedarnos de brazos cruzados, entonces, ¿cuál pude ser nuestro regalo?, se me ocurre este: pedir perdón.
Esta acción supone mucha humildad de quien lo pide, incluso, humillarse a sí mismo, porque significa reconocer el error, es mirarse al espejo de la vida y, por ello, pedir perdón. Significa también morir al «yo» y entregarse. Pero si pedir perdón a nuestra maestra nos cuesta, podemos dedicarle un escrito y dejarlo discretamente sobre su escritorio; incluso, puede ser anónimo, la maestra podrá darse cuenta que se trata de ti, a través del cambio en tu comportamiento. El siguiente texto puede ayudar a inspirarte.
Cada vez que observas el empeño que la maestra pone para que recibas las herramientas que te llevarán a ser mejor en la vida, hazte presente la figura de tu madre, acoge siempre sus consejos.
A mi querida y gran maestra
Maestra querida,
contemplando la gran labor que realizas,
y viéndote reproducida en ella,
hoy te pido perdón.
Perdón, por no considerar tu entrega.
Perdón, por no tener en cuenta tus consejos.
Perdón, por no respetar tus indicaciones.
Maestra,
por mi negligencia,
por mi pereza,
por mi falta de obediencia,
por mi incumplimiento,
por mis mentiras,
por sacarte de tus casillas,
por todas estas acciones, y otras tantas más, ¡te pido perdón!
Maestra, ¿cómo podré pagarte todo cuanto me has ofrecido?
Por lo menos, déjame entregarte como prenda mi súplica de perdón,
como así también mi renovado compromiso de ser mejor.
¡Feliz día maestra!
Ñandejara tanderovasa!
Actividades
1. Redacta un escrito para la maestra.
2. Elabora un decálogo del buen comportamiento del alumno y comparte con tus compañeros.