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Cocinar con leña es una práctica común en nuestro país. El uso de braseros abiertos eleva el consumo de leña unas cinco veces más que con el uso del fogón.
El consumo de leña trae varias consecuencias a nivel personal así como ambiental, como por ejemplo:
- Desertificación.
- Erosión de los suelos.
- Calentamiento del planeta.
- Sequías e inundaciones.
- Aumento de la contaminación.
- Riesgo de contraer enfermedades pulmonares por inhalar humo.
Por estos motivos, un fogón presenta las siguientes ventajas:
- Preserva la salud de las personas que se encargan de la cocción de los alimentos y de sus hijos, al no aspirar más humo (enfermedades respiratorias y oculares).
- Evita enfermedades provocadas por el calor al que se expone a un brasero (enfermedades oculares, reumáticas y lumbares).
- Ahorra leña al preservar el calor por más tiempo.
- Calienta más rápido al mantener el calor.
- Calienta la casa.
- Asegura una buena cocción de los alimentos.
- Es de fácil construcción, con materiales accesibles.
- Calienta fácilmente con leña, hojarasca o basura.
- Economiza los gastos en leña o, en su defecto, disminuye el trabajo en recogerla.
- Se pueden cocinar varias cosas a la vez.
- Puede hornearse tortas, chipás, panes.
- Se evita el riesgo de quemaduras al no haber fuego expuesto.
- Dignifica la vida de las familias.
- Al ser de fácil construcción y bajo consumo, puede ser construida en las escuelas para que los niños aprendan a cocinar sus alimentos.
Actividad
Lee atentamente el texto y responde el siguiente cuestionario.
a. ¿Por qué es beneficioso cambiar el tradicional brasero por un fogón?
b. ¿Puede construirlo la misma familia o los alumnos de una escuela?, ¿cómo?
c. ¿Qué evitamos al usar el fogón?
d. ¿Es posible ahorrar en leña con este sistema de cocción?
e. ¿Qué puede cocinarse en el fogón?
Fuente: UDEC (s.f.). Serie: Manuales de Ecotecnias: Fogón ahorrador de leña. Recuperado de: http://bit.ly/1Z62cTL