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La primera experiencia de relación con lo que nos rodea la realizamos mediante los sentidos; esto nos permite una adaptación al medio y a construir un conocimiento del mundo y de nosotros mismos que, gradualmente, se va ampliando y enlazando con las diferentes funciones psicológicas, permitiendo un desarrollo conjunto. Por ello es importante tener en cuenta que existen factores negativos para el normal desarrollo del aprendizaje del niño y sobre los cuales hay que trabajar detenidamente para prevenir algunas dificultades futuras. El científico Paul Churchland afirma que, considerando que las neuronas del cerebro humano establecen millones de sinapsis (zonas de contacto entre dos neuronas), la estructura del mismo se debe más a los factores del desarrollo, a la experiencia que uno adquiere, que a cualquier otra causa.
A continuación, se describen los factores a tener en cuenta:
Estimulación excesiva: Implica un ambiente reducido, donde se produce un alto nivel de actividad y ruido debido a la gran cantidad de personas que lo habitan, donde se conversa en forma descontrolada mezclándose ruidos de la radio y la televisión con los del vecindario. Involuntariamente, el niño está expuesto a la alta intensidad de estimulación. Estudios científicos determinan lo negativo que resulta para el desarrollo psicológico como en las relaciones de objeto en el espacio, en la formación de esquemas, imitación gestual, tareas de aprendizaje, conducta verbal, etcétera.
El niño que proviene de ambientes muy ruidosos, cuando se enfrenta a la situación escolar, aprende a ignorar los estímulos auditivos que no le serán útiles y como consecuencia: no desarrolla el hábito de escucha, su nivel de atención y concentración es corto, le dificulta seguir instrucciones verbales y captar secuencias narrativas, notándose esta dificultad cuando se requiere una discriminación auditiva fina para el aprendizaje de fonemas.
Limitación en la comunicación verbal: Plantea un lenguaje dirigido al niño por lo general mínimo e infantilizado, posterior, de tipo utilitario, imperativo, con vocabulario limitado en extensión y precisión. En estas condiciones, el niño está privado para entablar relación con adultos que designen con signos vocálicos específicos los objetos, acciones, emociones y relaciones de su ambiente que convergen con él, respondan a sus preguntas, le lean cuentos, comenten sucesos, le hagan comparaciones y diferencias, analicen acontecimientos corrientes, desarrollen ideas en orden y secuencia, saquen conclusiones, pronuncien y enuncien correctamente.
Aquellos padres que conversan con sus hijos y que los estimulan a hablar, probablemente mantienen un adecuado control del nivel de ruido y de organización de sus hogares. Además se puede visualizar que la fluidez verbal refleja una relación básica afectuosa.
"Cuanto más grande es la barrera, más grande es el triunfo". Anónimo
A continuación, se describen los factores a tener en cuenta:
Estimulación excesiva: Implica un ambiente reducido, donde se produce un alto nivel de actividad y ruido debido a la gran cantidad de personas que lo habitan, donde se conversa en forma descontrolada mezclándose ruidos de la radio y la televisión con los del vecindario. Involuntariamente, el niño está expuesto a la alta intensidad de estimulación. Estudios científicos determinan lo negativo que resulta para el desarrollo psicológico como en las relaciones de objeto en el espacio, en la formación de esquemas, imitación gestual, tareas de aprendizaje, conducta verbal, etcétera.
El niño que proviene de ambientes muy ruidosos, cuando se enfrenta a la situación escolar, aprende a ignorar los estímulos auditivos que no le serán útiles y como consecuencia: no desarrolla el hábito de escucha, su nivel de atención y concentración es corto, le dificulta seguir instrucciones verbales y captar secuencias narrativas, notándose esta dificultad cuando se requiere una discriminación auditiva fina para el aprendizaje de fonemas.
Limitación en la comunicación verbal: Plantea un lenguaje dirigido al niño por lo general mínimo e infantilizado, posterior, de tipo utilitario, imperativo, con vocabulario limitado en extensión y precisión. En estas condiciones, el niño está privado para entablar relación con adultos que designen con signos vocálicos específicos los objetos, acciones, emociones y relaciones de su ambiente que convergen con él, respondan a sus preguntas, le lean cuentos, comenten sucesos, le hagan comparaciones y diferencias, analicen acontecimientos corrientes, desarrollen ideas en orden y secuencia, saquen conclusiones, pronuncien y enuncien correctamente.
Aquellos padres que conversan con sus hijos y que los estimulan a hablar, probablemente mantienen un adecuado control del nivel de ruido y de organización de sus hogares. Además se puede visualizar que la fluidez verbal refleja una relación básica afectuosa.
"Cuanto más grande es la barrera, más grande es el triunfo". Anónimo