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Son síndromes originados por la ingestión de alimentos y/o agua contaminados, de manera que afectan la salud del consumidor a nivel individual o grupos de población. Los síntomas más comunes son los siguientes: Náuseas, vómitos, dolor abdominal, fiebre y diarrea, pudiendo presentarse secuelas posteriores como artritis reactiva y complicaciones renales, según el tipo de ETA.
Clasificación de las ETA
Infecciones alimentarias
Son las enfermedades transmitidas por alimentos; se producen por la ingestión de alimentos y/o agua contaminados con agentes infecciosos específicos, tales como bacterias, virus, hongos, parásitos, que en la luz intestinal pueden multiplicarse o lisarse y producir toxinas o invadir la pared intestinal y desde allí alcanzar otros aparatos o sistemas.
Intoxicaciones alimentarias
Son las enfermedades transmitidas por alimentos; se producen por la ingestión de sustancias químicas o toxinas formadas en tejidos de plantas o animales o de productos metabólicos de microorganismos en los alimentos, que se incorporan a ellos, desde su producción hasta su consumo.
Características de las ETA más frecuentes
Las ETA por causa bacteriana son las más frecuentes; de todas ellas, en nuestro país, las salmonellas (1), staphilococos aureus(2) y la entamoeba coli(3), son primeras causas de ETA.
Si a las bacterias les proporcionamos las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes durante el tiempo suficiente, crecerán y se multiplicarán hasta el número necesario para producir una ETA. Los virus, los hongos, los parásitos y las sustancias químicas que llegan a los productos, generalmente por no conocer y no practicar buenos hábitos higiénicos en la elaboración, almacenamiento y venta de los alimentos, también son causantes de ETA.
El peligro más grave es que al perder el agua y las sales del organismo por la diarrea y el vómito la persona se deshidrata, es decir, se seca y puede morir; lo cual ocurre especialmente con los niños y los adultos mayores.
Conocer y poner en práctica las cinco claves recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la mejor forma de evitar las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA)
(1)
(2)
(3)
TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Gladys Arzamendia
Psicóloga Clínica
Probablemente, las alteraciones en el desarrollo psíquico, la personalidad, la etapa evolutiva, el medio social, los valores sociales, la moda, la mercadotecnia, entre otros factores, influyen en la conducta hacia los alimentos y se constituyen en elementos que dan origen a un conjunto de padecimientos conocidos como trastornos de la conducta alimentaria.
En estos trastornos afectan las relaciones sociales, familiares, interpersonales, escolares, laborales, y, sobre todo, la relación de la persona consigo misma.
Los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes son: la anorexia nerviosa y la bulimia. Otro tipo de trastorno es la ortorexia, que se caracteriza por un comportamiento obsesivo por mejorar la salud a través de la calidad de lo que consume, es decir, se traduce en una preocupación extrema por llevar una alimentación sana.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la anorexia nerviosa es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida deliberada de peso, inducida o mantenida por la propia persona, ante la imperiosa necesidad de perder peso y una percepción deformada de la propia imagen.
La bulimia -definición de la OMS- es un síndrome que se caracteriza por episodios repetitivos de ingestión excesiva de alimentos y por una preocupación casi obsesiva por el control del peso corporal, lo que lleva a la persona a adoptar medidas extremas, como el vómito autoinducido por la ingestión de comida.
Si bien ningún agente aislado define el comportamiento anoréxico o bulímico, existen factores de riesgo, que hacen a la persona más vulnerable, entre ellos:
El sexo: se trata en su mayoría (95%) de mujeres jóvenes, mientras que el 5% corresponde a varones; de estos, la mayoría se relaciona con tendencias homosexuales.
La edad: entre los 13 y 28 años. La anorexia es más frecuente entre los adolescentes, mientras que la bulimia se presenta a mayor edad.
La personalidad: uno de los rasgos básicos de estos trastornos es la falta de un sólido sentimiento de sí mismo, una idea muy vaga de su propio ser, es decir, muy baja autoestima. La anorexia suele presentarse en personas muy obsesivas, dependientes y obedientes. La bulimia se relaciona con personas conflictivas, impulsivas, poco tolerantes a las presiones o con baja tolerancia a la frustración.
Ambiente familiar: vivir en familias preocupadas por la estética. En el caso de la anorexia, las familias son rígidas, estrictas y con poca tolerancia a los cambios. En la bulimia son conflictivas con antecedentes de alcoholismo, drogadicción y obesidad.
Práctica de ciertas actividades: realizar deportes como natación, gimnasia, ballet, danza o modelar, que exigen estar muy delgada y aspirar a la perfección.
Ambiente socioeconómico: con más frecuencia en grupos con elevados ingresos, aunque no se descarta un porcentaje alto en otros estratos o niveles.
Factores ambientales y culturales: la moda impone una silueta corporal muy delgada, la cual no corresponde con los promedios naturales y anatómicos, además de ejercer presión sobre el consumo de alimentos.
Señales de alerta
Anorexia
Bulimia
Obsesión por el peso y la figura.
Preocupación persistente por la figura y el peso corporal.
Alteración o distorsión en la percepción del cuerpo.
Episodios recurrentes de alimentación compulsiva (al menos 2 episodios en 1 semana, en los 3 últimos meses).
Actividad física constante, bajo peso.
Sentimientos de pérdida de control en esos episodios.
Dieta de manera permanente y rechazo de alimentos.
Se sospecha de vómito autoinducido frecuente o empleo regular de laxantes, diuréticos, dietas estrictas, ayuno.
Evita comer con la familia y amigos.
Presentan una necesidad incontrolable de comer, en especial los alimentos dulces.
Baja autoestima, pensamiento obsesivo en torno a la comida y a la imagen.
Baja autoestima, personas solitarias con frecuente depresión y ansiedad.
Puede darse amenorrea o ausencia de tres ciclos menstruales.
Puede darse irritación crónica de garganta, sangrado de nariz.
Las alteraciones, tanto orgánicas y psicológicas que causan estos trastornos, son tan graves que requieren de un tratamiento integral, sistémico (paciente, familia) con la participación de un equipo multidisciplinario (médico, nutricionista, psicólogo o psiquiatra) ya que la falta de atención oportuna se traduce en riesgo de muerte por complicaciones o suicidio.
Finalmente, es importante que padres o tutores, docentes y personas vinculadas al adolescente o joven estén atentos a las señales de alerta o posibles síntomas para su temprano diagnóstico y tratamiento. Sobre todo, es fundamental abordar estos temas desde las aulas, en el contexto educativo, como una estrategia de prevención de las enfermedades y promoción de estilos de vida más saludables.
Clasificación de las ETA
Infecciones alimentarias
Son las enfermedades transmitidas por alimentos; se producen por la ingestión de alimentos y/o agua contaminados con agentes infecciosos específicos, tales como bacterias, virus, hongos, parásitos, que en la luz intestinal pueden multiplicarse o lisarse y producir toxinas o invadir la pared intestinal y desde allí alcanzar otros aparatos o sistemas.
Intoxicaciones alimentarias
Son las enfermedades transmitidas por alimentos; se producen por la ingestión de sustancias químicas o toxinas formadas en tejidos de plantas o animales o de productos metabólicos de microorganismos en los alimentos, que se incorporan a ellos, desde su producción hasta su consumo.
Características de las ETA más frecuentes
Las ETA por causa bacteriana son las más frecuentes; de todas ellas, en nuestro país, las salmonellas (1), staphilococos aureus(2) y la entamoeba coli(3), son primeras causas de ETA.
Si a las bacterias les proporcionamos las condiciones de temperatura, humedad y nutrientes durante el tiempo suficiente, crecerán y se multiplicarán hasta el número necesario para producir una ETA. Los virus, los hongos, los parásitos y las sustancias químicas que llegan a los productos, generalmente por no conocer y no practicar buenos hábitos higiénicos en la elaboración, almacenamiento y venta de los alimentos, también son causantes de ETA.
El peligro más grave es que al perder el agua y las sales del organismo por la diarrea y el vómito la persona se deshidrata, es decir, se seca y puede morir; lo cual ocurre especialmente con los niños y los adultos mayores.
Conocer y poner en práctica las cinco claves recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la mejor forma de evitar las Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA)
(1)
(2)
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TRASTORNOS DE LA CONDUCTA ALIMENTARIA
Gladys Arzamendia
Psicóloga Clínica
Probablemente, las alteraciones en el desarrollo psíquico, la personalidad, la etapa evolutiva, el medio social, los valores sociales, la moda, la mercadotecnia, entre otros factores, influyen en la conducta hacia los alimentos y se constituyen en elementos que dan origen a un conjunto de padecimientos conocidos como trastornos de la conducta alimentaria.
En estos trastornos afectan las relaciones sociales, familiares, interpersonales, escolares, laborales, y, sobre todo, la relación de la persona consigo misma.
Los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes son: la anorexia nerviosa y la bulimia. Otro tipo de trastorno es la ortorexia, que se caracteriza por un comportamiento obsesivo por mejorar la salud a través de la calidad de lo que consume, es decir, se traduce en una preocupación extrema por llevar una alimentación sana.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), la anorexia nerviosa es una enfermedad que se caracteriza por la pérdida deliberada de peso, inducida o mantenida por la propia persona, ante la imperiosa necesidad de perder peso y una percepción deformada de la propia imagen.
La bulimia -definición de la OMS- es un síndrome que se caracteriza por episodios repetitivos de ingestión excesiva de alimentos y por una preocupación casi obsesiva por el control del peso corporal, lo que lleva a la persona a adoptar medidas extremas, como el vómito autoinducido por la ingestión de comida.
Si bien ningún agente aislado define el comportamiento anoréxico o bulímico, existen factores de riesgo, que hacen a la persona más vulnerable, entre ellos:
El sexo: se trata en su mayoría (95%) de mujeres jóvenes, mientras que el 5% corresponde a varones; de estos, la mayoría se relaciona con tendencias homosexuales.
La edad: entre los 13 y 28 años. La anorexia es más frecuente entre los adolescentes, mientras que la bulimia se presenta a mayor edad.
La personalidad: uno de los rasgos básicos de estos trastornos es la falta de un sólido sentimiento de sí mismo, una idea muy vaga de su propio ser, es decir, muy baja autoestima. La anorexia suele presentarse en personas muy obsesivas, dependientes y obedientes. La bulimia se relaciona con personas conflictivas, impulsivas, poco tolerantes a las presiones o con baja tolerancia a la frustración.
Ambiente familiar: vivir en familias preocupadas por la estética. En el caso de la anorexia, las familias son rígidas, estrictas y con poca tolerancia a los cambios. En la bulimia son conflictivas con antecedentes de alcoholismo, drogadicción y obesidad.
Práctica de ciertas actividades: realizar deportes como natación, gimnasia, ballet, danza o modelar, que exigen estar muy delgada y aspirar a la perfección.
Ambiente socioeconómico: con más frecuencia en grupos con elevados ingresos, aunque no se descarta un porcentaje alto en otros estratos o niveles.
Factores ambientales y culturales: la moda impone una silueta corporal muy delgada, la cual no corresponde con los promedios naturales y anatómicos, además de ejercer presión sobre el consumo de alimentos.
Señales de alerta
Anorexia
Bulimia
Obsesión por el peso y la figura.
Preocupación persistente por la figura y el peso corporal.
Alteración o distorsión en la percepción del cuerpo.
Episodios recurrentes de alimentación compulsiva (al menos 2 episodios en 1 semana, en los 3 últimos meses).
Actividad física constante, bajo peso.
Sentimientos de pérdida de control en esos episodios.
Dieta de manera permanente y rechazo de alimentos.
Se sospecha de vómito autoinducido frecuente o empleo regular de laxantes, diuréticos, dietas estrictas, ayuno.
Evita comer con la familia y amigos.
Presentan una necesidad incontrolable de comer, en especial los alimentos dulces.
Baja autoestima, pensamiento obsesivo en torno a la comida y a la imagen.
Baja autoestima, personas solitarias con frecuente depresión y ansiedad.
Puede darse amenorrea o ausencia de tres ciclos menstruales.
Puede darse irritación crónica de garganta, sangrado de nariz.
Las alteraciones, tanto orgánicas y psicológicas que causan estos trastornos, son tan graves que requieren de un tratamiento integral, sistémico (paciente, familia) con la participación de un equipo multidisciplinario (médico, nutricionista, psicólogo o psiquiatra) ya que la falta de atención oportuna se traduce en riesgo de muerte por complicaciones o suicidio.
Finalmente, es importante que padres o tutores, docentes y personas vinculadas al adolescente o joven estén atentos a las señales de alerta o posibles síntomas para su temprano diagnóstico y tratamiento. Sobre todo, es fundamental abordar estos temas desde las aulas, en el contexto educativo, como una estrategia de prevención de las enfermedades y promoción de estilos de vida más saludables.