El valor de la amistad

Cada vez que te unen vínculos de afecto a una persona y compartes con ella lazos de alegría y de tristeza, pones en juego valores y actitudes que te definen como ser humano.

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Dialogar y compartir

En la relación entre dos personas que comparten un mismo ámbito de actividad (como el juego, el estudio o el trabajo en equipo) existe entre ambas partes la necesidad de tenerse en cuenta: es decir, es imposible asumir una actitud indiferente hacia el otro.

Pero eso solo no alcanza para desarrollar una actitud de compañerismo o amistad. En primer lugar, debemos establecer un puente de diálogo que nos permita el acercamiento para conocernos más, y construir nuestros acuerdos y desacuerdos. En segundo lugar, debemos desarrollar una actitud comprensiva que nos permita compartir y valorar las coincidencias y los objetivos comunes sobre las diferencias.

Reciprocidad y abusos de la amistad

La base de las relaciones afectivas sanas, se da y se recibe a partir de un intercambio equitativo. Las relaciones no equitativas son aquellas en las que una de las partes da mucho más de lo que recibe.

Desde luego, la amistad no es una cuestión comercial, ni un trueque en la que por tal cosa se paga tanto o se entrega a cambio algo de valor similar. No podemos pensar, por ejemplo, que cada favor debemos cobrarnos con otro o que no haremos dos favores seguidos porque el primero no fue correspondido. Las circunstancias no son iguales para todos y la correspondencia tendrá que ver también con las necesidades. Pero el interés recíproco es lo fundamental en un vínculo afectivo tan importante.

Si ayudaste a tus amigos cuando lo necesitaban, es lógico que esperes el mismo trato.

Conviviendo con el grupo escolar

La escuela es un lugar donde debemos aprender a relacionarnos con otras personas. Algunas son nuestros pares o iguales (compañeros y compañeras). También con adultos (educadores), con quienes establecemos una relación diferente, ya que ellos dirigen, controlan y acompañan nuestro aprendizaje. También nos transmiten normas: las que son propias del colegio. La función de la escuela es socializar a los niños y jóvenes, transmitir conocimientos y valores que son considerados valiosos para la continuidad de la comunidad. Por supuesto, cada comunidad tiene su modelo de educación.

En el transcurso de nuestra vida, vamos conociendo y participando en nuevos grupos: los compañeros de escuela, de deportes, del trabajo, los amigos, los vecinos, y muchos más que amplían nuestros horizontes y valores.

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