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Escuchen, pues, esta preciosa historia, la del toro Akelé, de la anciana Amarante y de una doncella que se llamaba igual que el toro...
Sucedió que la anciana Amarante encontró en cierta ocasión un precioso ternerito entre unos matojos, extraviado de su rebaño, y su buen corazón se conmovió y pensó:
—Si no lo llevo a casa, será devorado por las fieras.
Y lo condujo a su humilde cabaña y lo alimentó con hierba, salvado y mijo.
Pronto se convirtió el ternerillo en un joven y magnífico toro, que despertó la codicia de un carnicero.
—¿Por cuánto me vendes tu toro? —le preguntó el carnicero a la anciana Amaranta.
—Akelé no está en venta —le respondió ella.
Muy furioso, el carnicero se dirigió a palacio y dijo al rey:
—La vieja Amarante posee un toro tan magnífico que no es digno de ella sino de ti.
El rey, que era muy glotón, envió a un representante al frente de varios carniceros reales a la casa de la anciana.
—Nuestro soberano me ordena que me entregue al momento el toro que guardas —le dijo el representante real.
—Los deseos del rey son órdenes —contestó Amaranta, y sacó a su querido Akelé de la cuadra y lo llevó ante los hombres del rey. Pero estos, cuando fueron a apoderarse del animal, se encontraron con los temibles cuernos, y retrocedieron.
—Ordena a tu toro que se deje conducir sin resistencia—
dijo a la anciana el representante del rey.
Sobre el libro
Libro: Mis cuentos de hadas
Título: El toro del rey
Editorial: Cuenticolor
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