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El consumo de tabaco se da principalmente en cigarrillos y suele ser una de las primeras sustancias adictivas que se experimenta. Cuando se prende el tabaco, se generan alrededor de 4000 químicos que actúan directamente sobre el tracto respiratorio y, mediante absorción por la sangre, sobre el resto del cuerpo en diferentes órganos y sistemas.
La mayoría de las personas que empieza a fumar lo hace en la adolescencia, pero mientras más temprano sea el inicio, más difícil es conseguir la abstinencia. Algunos factores que se relacionan con el inicio del consumo de tabaco son el ambiente, las publicidades, la facilidad con la que se encuentran los cigarrillos y el precio accesible. También actúan los factores sociales, como la familia, compañeros y modelos a seguir. Por último, tenemos los personales, tales como psicológicos, búsqueda de nuevas sensaciones y factores genéticos. El mantenimiento del consumo se da por su alto poder adictivo, ya que es una de las sustancias que genera adicción con más facilidad y la que produce mayores recaídas en el consumo.
Los efectos se dan en los pulmones en los que pueden producir diversas afecciones como, el cáncer y otras enfermedades crónicas. Cuando pasan a la sangre, se distribuyen a otros sistemas, como el nervioso central, donde relaja, estimula la concentración y mejora la ansiedad. También daña el aparato cardiovascular, pues aumenta la presión arterial, el riesgo de infartos y los problemas de circulación. En la piel produce envejecimiento prematuro. Un punto a recalcar es el efecto sobre el embarazo, ya que puede facilitar un parto prematuro, incluso abortos y otros tipos de complicaciones.
Como todas las sustancias, al inicio su efecto es intenso y, a medida que el cuerpo se va habituando, las sensaciones desagradables de náuseas y mareos disminuyen, generando así la tolerancia. Es frecuente que las personas con dependencia al cigarrillo no asistan a actividades que se realizan en lugares en donde no se puede fumar. El consumo continuo constituye un gran riesgo para la salud. Cuando se disminuye o se suspende el consumo, el consumidor experimenta una sensación desagradable conocida como abstinencia. Algunos de los síntomas son: necesidad irresistible de fumar acompañada de ánimo decaído, insomnio, irritabilidad, ira, frustración, aumento de peso y apetito, impaciencia, problemas para concentrarse e inquietud que pueden durar hasta seis o más meses.
Actividad
Contesta.
a. ¿Cuáles son los principales compuestos del tabaco?
b. ¿Qué factores se relacionan con el inicio del consumo del tabaco?
c. ¿Cuáles son los efectos del tabaco en los distintos sistemas?
d. ¿Cuál es el efecto del tabaco en el embarazo?
Fuente
Curso a distancia de Drogas y Salud Mental. (2010) Asunción, Paraguay: AGR Servicios Gráficos.