El suelo tras la inundación (1)

El agua es un elemento indispensable para la vida de todo organismo en la tierra. Su presencia, dependiendo de la cantidad, calidad y tiempo de permanencia, transforma tanto la estructura física como la química y biológica del suelo.

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El agua, elemento vital de la estructura del suelo, debe estar en la cantidad y calidad justa para la buena evolución de los cultivos. Tanto su escasez como el exceso provocan daños a las plantas. Pero el exceso de agua es particularmente más perjudicial que la ausencia.

Los suelos poseen características diferentes según la región donde estén ubicados. Si colocamos sobre ellos una capa de agua de grosor variable, mala calidad, tiempo prolongado (ya sea por días o meses), se producen cambios que pueden ser reversibles o no.

En el suelo inundado, el aire es remplazado por el agua evitando toda posibilidad de provisión de oxígeno, lo cual afecta a la actividad biológica, a las plantas y al mismo suelo.

Dependiendo de la cantidad y tipo de sales que contenga el agua, desatará reacciones en el suelo que lo volverán más ácido o más básico de lo que era originalmente.

Probablemente, los residuos orgánicos y los nutrientes hayan sido lavados y, por lo tanto, la calidad productiva del suelo, altamente degradada.

Si el agua posee muchas sales, se corre el riesgo de la salinización del suelo.

Cuando el agua se evapora, podremos notar en la superficie del suelo algunos manchones: si son blancos, indica que hay acumulación de diversas sales; si son negros, es indicador de depósitos de sodio, muy perjudiciales por impedir el buen desarrollo de las plantas. También se irán formando costras gruesas y duras que impiden o disminuyen el buen intercambio de aire y agua.

Una vez drenadas las aguas, es necesario tomar acción para revertir los daños, recuperar la fertilidad del suelo e iniciar la producción. Primeramente, debe diagnosticarse la situación, evaluando los siguientes puntos:

1. Distribución de la humedad superficial.

2. Profundidad de las capas subterráneas de agua.

3. Estado físico y químico del suelo.

4. Características de la vegetación.

Actividades

1. Averigua en tu entorno zonas inundadas y observa lo que ocurre con el suelo luego de la inundación.

2. Elabora un informe.

Fuentes

LERENA GABARRET, A. (1980). Enciclopedia de la Huerta. (7.a edición). Buenos Aires. Mundo Técnico SRL.

MONTICO, S. (2003). Manejo de los suelos después de la inundación. Revista Agromensajes de la Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Rosario.

Recuperado de http://www.fcagr.unr.edu.ar/Extension/Agromensajes/11/6AM11.htm

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