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Los asistentes, gentes del lugar, concurrieron a la misa con teas y cirios encendidos, y durante el oficio predicó San Francisco, que había recibido el diaconado. Más tarde en ese sitio se erigió una iglesia, en la cual un fresco recuerda el hecho.
Con el tiempo se fueron haciendo más espectaculares, con mezclas de lo sacro y lo profano, lo ritual y lo festivo.
Del siglo XVI todavía se conserva el Belén de Coral en el Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid, en el que todas las figuras están talladas en coral, plata y bronce; se desconoce/n su autor o autores. En el siglo XVIII adquiere su carácter definitivo y se imbuye de la teatralidad barroca. Fue célebre el Belén del Príncipe, encargado por Carlos III para su futuro hijo Carlos IV, entre otros.
Como referencias más antiguas que tenemos respecto a los primeros belenes que se realizaron en el mundo, citamos el realizado por Arnolfo di Cambio (Florencia, 1289). Este arquitecto dela Catedralde Florencia talló figuras en mármol blanco, partes de las cuales se conservan aún en Santa Maríala Mayorde Roma.
Durante los siglos XIV y XV, las iglesias italianas se llenan de hermosos belenes fijos, como los de Andrea Della Robia, en el Duomo de Valterra. Con el Barroco se impulsó de forma definitiva la realización de belenes. El auge de la escultura y la incorporación del espacio escénico y los detalles introducen el belén en las casas señoriales, de estas a la burguesía y de aquí al pueblo; así, se produjo un gran desarrollo en los siglos XVII y XVIII hasta nuestros días.
Ciertamente, el gran invento de San Francisco de Asís, el belén, se ha difundido por todo el mundo en diversos formatos: desde los vistosos y artísticos belenes en los que no falta nada: paisajes espectaculares, ciudades, campos y poblados llenos de vida, escenas diversas en torno al Nacimiento de Jesús, aplicaciones tecnológicas en el movimiento del agua del río, de molinos, de norias, de aserraderos, de figuras y en la iluminación; desde ahí, hasta la realización más sencilla, que se reduce al Nacimiento: una construcción de madera o corcho en forma de portal o de cueva, en la que figuran tan solola Virgen, san José, el Niño, la mula y el buey, y que a menudo forma parte de la ambientación del árbol.
En Cataluña, los pesebres gozan de un enorme predicamento. En torno a su construcción hay todo un movimiento de gran envergadura.
Se inicia este en el aspecto comercial enla Feriade Santa Lucía, que es un mercado permanente de todos los elementos que se necesitan para la construcción del pesebre: figuras, casas, puentes, pozos, pajares, musgo, corcho, luces, fondos de cielo, adornos vegetales, tierra.
Se iniciaba el día de santa Lucía (13 de diciembre), y duraba hasta la misma vigilia de Navidad. El más antiguo parece ser el que se formaba ante la catedral de Barcelona. Hoy se encuentran ya en muchísimas poblaciones y barrios estos mercadillos de artículos para la construcción del pesebre.
La gran tradición y afición pesebrista, que se aglutina en asociaciones de gran raigambre, son las que suelen construir estos pesebres que alcanzan unos extraordinarios niveles de perfección y belleza: paisajes que reproducen esos lugares geográficos que atraen el turismo por su encanto o por su rareza; ríos en los que corre el agua; norias que elevan el agua del río, casas y poblados de un verismo perfecto; y unas figuras trabajadas con la inspiración propia de auténticos escultores. Son realizaciones que dan mucho color ala Navidad, y que atraen multitud de visitantes.
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