El peligro de los rayos UV

Objetivo: Interpretar los peligros de la radiación solar

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La excesiva exposición a los rayos solares, principalmente a rayos ultravioletas (RUV), puede causar cáncer en la piel. Debido a múltiples factores, como la reducción de la capa de ozono, el índice de radiación solar está por encima de los valores permisibles para la exposición normal al aire libre. Esos índices ya están así, y lo que se debe hacer es educar a la población a adoptar medidas preventivas. Ahora que se acerca el verano y aumenta la intensidad de la radiación solar, es importante cuidarnos de este peligroso factor natural.


Los científicos critican la “moda” del bronceado logrado en la excesiva exposición a los rayos del sol en horarios críticos, que van de 10:00 a 16:00 horas, inclusive, en los veranos. Dicen que las camas solares, que irradian UV, aunque en forma artificial, producen el mismo impacto pernicioso en la piel, para los que se exponen por tiempo exagerado en busca de un “buen bronceado”. Paraguay, en verano, tiene índices superiores a 10 UV. Lo normal es menor a 8 UV.

Epígrafe. Las lenguas de fuego del Sol emiten inmensas y dañinas radiaciones ultravioletas.

Los factores que inciden en la radiación solar

Elevación solar. La elevación solar es el ángulo entre el horizonte y la dirección del sol. Para elevaciones solares altas, la radiación UV es más intensa debido a que los rayos solares atraviesan un camino menor a través de la atmósfera.


Altitud. La radiación UV aumenta con la altitud debido a que la cantidad de absorbentes en la atmósfera decrece con la altura. Las medidas demuestran que la radiación UV aumenta entre un 6% y un 8% por cada 1000 m. de elevación.


Nubes y polvo. La radiación UV es mayor generalmente para cielos totalmente despejados. Las nubes normalmente reducen la cantidad de radiación UV, pero la atenuación depende del grosor y tipo de estas. Las nubes finas o dispersas afectan muy poco a la radiación UV. Una pequeña cantidad de nubes puede incluso hacer aumentar su cantidad; esto sucede normalmente en condiciones de cielo parcialmente cubierto y con el sol visible. Por ello es que es más peligroso “broncearse” con nubes, creyendo que la radicación es menor.


Tipos de piel. Los efectos dañinos de la radiación UV no sólo dependen de la dosis de radiación recibida, sino también de la sensibilidad del individuo. La piel humana normalmente se clasifica en cuatro grupos principales dependiendo de la capacidad de esta para broncearse. Las más sensibles son la de la gente pelirroja y rubia.


Tiempo máximo de exposición al sol. El tiempo máximo de exposición al sol es aquel al que se puede estar expuesto sin protección y sin quemarse. Este tiempo varía para cada tipo de piel, siendo la de tipo I la que menos debe estar expuesta a la radiación.


Órganos sensibles
La piel y los ojos son los órganos más sensibles a la exposición a los rayos ultravioleta del sol. Aunque el pelo y las uñas también reciben mucha radiación, son menos importantes desde un punto de vista médico. La exposición a la radiación solar UV puede dar lugar a efectos crónicos en la salud de la piel, los ojos y el sistema inmunológico. Los efectos agudos de la exposición UV incluyen desde quemaduras hasta fotoqueratitis. Los efectos crónicos incluyen el envejecimiento prematuro de la piel (heliodermatosis) y cáncer de piel y, en el caso de los ojos, cataratas.

Protección de la piel
La mejor protección contra el sol es la ropa. Las partes de nuestro cuerpo que no quedan cubiertas por la ropa deberían protegerse con un protector solar que contenga filtros UV-A y UV-B. Durante las primeras exposiciones, se recomienda un protector con un SPF (Factor de Protección Solar) de 15, y como mínimo de 20 para niños. Los bebés precisan especial cuidado. El efecto protector de las cremas solares no sólo depende de la calidad de las mismas, sino de la correcta aplicación de estas. Para el cuerpo de un adulto, la cantidad adecuada de protector solar está entre 30 y 40 gramos para así conseguir el efecto especificado por el SPF. El protector solar debe ser aplicado unos 45 minutos antes de tomar el sol y reaplicado después de cada baño. Si los protectores solares se aplican apropiadamente, son capaces de proteger de quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel y de cáncer.


Protección de los ojos
La radiación UV puede producir cataratas. Esta enfermedad ocular consiste básicamente en que el cristalino se vuelve opaco como consecuencia de la agresión permanente de la radiación solar, sobre todo de la procedente de la región UV. El cristalino es la lente que permite la formación de la imagen sobre la retina. Las cataratas son la primera causa de ceguera en el mundo y para corregirlas es necesario recurrir a la cirugía. Para prevenir esta enfermedad, lo más eficaz es llevar gafas de sol que filtren las radiaciones UV-A y UV-B.

Epígrafe. El ojo, uno de los órganos más afectados por la radiación UV.
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