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Los orígenes de los problemas del lenguaje se dan por:
1. Malformaciones o mal funcionamiento de los órganos que intervienen en la producción del lenguaje (sistema de fonación, emisión y modulación de la voz, como el de audición y percepción de los sonidos); el niño aprende a hablar de lo que oye.
2. Fallos y deficiencias en el proceso de aprendizaje del habla. Aun teniendo todos los elementos del organismo humano para producir el lenguaje, no se hace buen uso de los mismos generándose perturbaciones. Entonces se debe dar cobertura con especialistas.
Los padres pueden dejar hablar y expresarse libremente a sus hijos hasta la edad de cuatro a cinco años, porque desde esta etapa se trabajará y perfeccionará el lenguaje del niño. Es necesaria la experimentación; en este despliegue, se va dando la percepción real, la confirmación visual, táctil o sonora de lo que se habla. La sola información sin el contacto con la realidad no le sirve al niño, pues debe ir construyendo conceptos.