El imperio del sol: los incas (1)

Así como en América central se desarrollaron las grandes civilizaciones mayas y aztecas, América del Sur contó con una de las más legendarias y ricas civilizaciones de los pueblos originarios: los incas. Una de las culturas que nos siguen deslumbrando por sus logros artísticos, su desarrollo, extensión territorial y legado.

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El origen de los incas

Al igual que la civilización maya y azteca, la inca tuvo sus orígenes en diversos grupos culturales muy anteriores al desarrollo del imperio, que fueron evolucionando en las costas del océano Pacífico del actual Perú. Entre esos grupos cabe destacar culturas diversas como la chavín, mochica o moche, a paracas y nazca.

Estos grupos —a veces contemporáneos entre sí— lograron un alto grado de desarrollo en diferentes ámbitos, destacándose en las artes del tejido, cerámica y ornamentos en metales, como el oro y la plata. Con el tiempo, los incas fueron sometiendo a las culturas que los precedieron formando el imperio al que denominaban Tahuantinsuyo, que significa «las cuatro regiones que se integran».

Un extenso imperio por gobernar

Desde Cuzco, la capital, el dominio incaico se extendió hacia los cuatro puntos cardinales. El imperio o Tahuantinsuyo se dividió en cuatro unidades administrativas que eran: Chinchaysuyo al norte, Cuntisuyo al oeste, Collasuyo al sur y Antisuyo al este con relación a Cuzco. Las dificultades que presentaron gobernar un territorio tan extenso —desde el norte del Ecuador hasta el norte de la Argentina— fueron paliadas, en gran medida, por la creación de una compleja red de caminos que comunicaban a todo el Imperio inca, y sumado a este desarrollo en las comunicaciones, la existencia de los charques o mensajeros que, a manera de carrera de postas, llevaban la información por todo el imperio.

La organización política del Tahuantinsuyo era muy estricta, siendo la máxima autoridad el Sapa Inca, quien tomaba las decisiones; le seguían los gobernadores de cada uno de los cuatro suyos, denominados suyuyoc-apu —jefes de cada uno de los cuatro suyos—. Además, en la organización existían una serie de funcionarios que trabajaban como inspectores del imperio que informaban todo lo que ocurría al Sapa Inca.

Inti, el dios sol

Al igual que la mayoría de los pueblos originarios de América, la religión de los incas era politeísta; es decir, creían en la existencia de varios dioses, sin embargo, los mismos tenían diferentes grados de importancia. El dios principal de los incas era Inti o el sol y casi todos los dioses se relacionaban con elementos de la naturaleza, como por ejemplo Mama Killa, diosa de la luna, y Mama Kocha, diosa del mar, de las aguas y las lagunas, protectora de los marineros y pescadores.

Actividad

Amplía tu conocimiento.

Investiga sobre los nombres y las características particulares de otros dioses pertenecientes a la religión inca.

FUENTE

Bustinza Lafán. (1989). Historia precolombina y colonial. Buenos Aires. Editorial AZ.

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