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Con su muerte, acaecida en las estribaciones del Amambay, en Cerro Corá, a orillas del Aquidabán Nigui a manos del Ejército brasileño, López logró su tránsito a la inmortalidad y finalizó la cruenta Guerra contra la Triple Alianza, que comenzara a finales de 1864.
En principio, fue estigmatizado y arrojado de la consideración pública por muchos años hasta que la reivindicación llegó de la mano de los historiadores nacionalistas, tales como Juan E. O’Leary y Natalicio González.
El primer esfuerzo para levantar los decretos de posguerra que declaraban a Francisco Solano López como traidor a la patria se inició al entrar el siglo XX y en 1920, con motivo de recordarse el 50.° aniversario de la batalla de Cerro Corá, el público nacionalista paraguayo reivindicó su memoria en la clara afirmación de una intención que ya no podía sostenerse mucho tiempo más.
Fue en 1926 que se dio el primer acto oficial, en el Congreso, cuando los diputados honraron públicamente a López y, luego, al finalizar la otra gran contienda que envolvió a los paraguayos, la del Chaco (1932-1935), el breve Gobierno del Cnel. Rafael Franco reivindicaría definitivamente la figura de López.
Franco había derrocado a los liberales del Gobierno y su ideario era de corte netamente nacionalista, siguiendo una corriente que en Europa estaba francamente en auge. Como base de la reconstrucción nacional que había sido planteada por este Gobierno, era importante la fijación de nuestros héroes como tales y la toma de acciones en consecuencia.
De esa manera, se ordenó la terminación del Oratorio de la Ciudad de Asunción y se le fijó la función de ser el Panteón Nacional de los Héroes, el sitio al cual se debía concurrir a honrar a los padres de la patria.
A través del decreto n.° 66 del 1 de marzo de 1936, se declaró al Mcal. Francisco Solano López como héroe nacional sin ejemplar. El primer artículo dice así: «Quedan cancelados para siempre de los archivos nacionales reputándoselos como inexistentes todos los decretos-libelos dictados contra el mariscal presidente de la República del Paraguay don Francisco Solano López, por los primeros gobiernos establecidos en la República a raíz de la conclusión de la guerra de 1865».
Cabe resaltar que en la actualidad, el concepto de héroe se aplica no solo a los militares, sino también a los civiles; a los que de una u otra forma mantienen viva la llama de la nacionalidad con su labor eficiente, con su trabajo sin par y denodado; hombres y mujeres que con su honestidad y sacrificio sostienen a la patria desde sus distintos puestos de trabajo en busca de un mejor porvenir.
Sea para ellos, todos los héroes, nuestra más sincera y ferviente recordación.