El debate como método de aprendizaje

El debate o la discusión dirigida puede ser una estrategia muy útil para el desarrollo intelectual del estudiante y conectar los temas que se tratan en el contexto educativo con los problemas sociales.

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El debate áulico es una estrategia pedagógica de mucha utilidad, pues es altamente motivadora; crea conciencia de participación, responsabilidad, respeto por las ideas ajenas y por el turno de participación; genera sentido de identidad con algunas propuestas y de disenso con otras.

¿En qué consiste? 

En el desarrollo de un tema en un intercambio informal de ideas, opiniones e información, realizado por el grupo de alumnos conducidos por otro alumno, quien hace de guía e interrogador (el moderador).

Ventajas

Es una técnica de fácil aplicación.

Puede usarse en variadas circunstancias. 

Permite involucrar al alumno de manera activa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. 

Constituye un auxiliar para el desarrollo del pensamiento crítico.

Es útil para iniciar a los alumnos en las técnicas más complejas, como el debate, simposio, panel y jornadas.

Desventajas

No es aplicable en grupos de 30 alumnos o más.

Varios autores aseguran que la práctica del debate en clase es la mejor preparación para la vida democrática, ya que «allí se aprende a ejercer y recibir la interacción afectivo-social, practicada en un clima de respeto y cordialidad». 

Características

a. Está compuesto por más de dos personas: moderador y participantes.

b. Hay un constante intercambio de papeles oyente/hablante (opiniones encontradas).

c. Se trata un tema fijado previamente que requiere de documentación previa.

d. Existe un tiempo limitado (en las intervenciones particulares y el conjunto de la actividad).

e. Se valoran la rapidez dialéctica y la espontaneidad.

f. Se permiten y valoran las interpelaciones entre los debatientes.

g. Se utiliza un registro formal.

¿Cómo se aplica? 

1. El moderador elabora un plan de preguntas que guíen la discusión.

Los alumnos deben conocer el tema con anticipación, como para informarse o investigar por sí mismos y poder intervenir en la discusión de una lectura, conferencia, película o demostración.

2. Elegido el tema del debate, el moderador, auxiliado por el profesor, prepara el material de información previa (bibliografía, fuentes, entre otros) y lo comunica a los alumnos, instruyéndolos sobre su manejo y posterior aplicación en el debate.

Prepara las preguntas más adecuadas para estimular y conducir la discusión; preguntas bien formuladas que lleven a la reflexión. 

Cada pregunta central llevará unos 15 min de discusión, dentro de los cuales se harán preguntas para esclarecer y guiar el desarrollo.

3. El profesor-facilitador hace una breve introducción al tema, da instrucciones generales y estimula el interés con un breve comentario inicial.

4. El profesor-facilitador formula la primera pregunta e invita a participar. En caso de que nadie responda, el moderador puede estimular las respuestas por medio del recurso de la «respuesta anticipada», que consiste en contestar uno mismo insinuando algunas alternativas posibles. 

5. Una vez que la discusión esté en curso, el moderador regulará la participación de los alumnos más activos, para que no acaparen, y animará a los más tímidos.

6. El moderador toma nota de las conclusiones y un participante hará una síntesis que, en ciertos casos, podrá ser registrada por todos los alumnos.

7. Se entregará a los alumnos fotocopias de las conclusiones finales, para que no tomen apuntes durante la actividad.

Fuente: MAGOS GUERRERO, J. (2006). El debate en el aula: una actividad que tiene que ser enseñada. Quintan Roo, México.

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