Para sobrevivir, la sociedad necesita producir. A esta actividad se la llama producción social y requiere de los miembros de toda una sociedad. Este proceso incluye tres elementos fundamentales:

* El objeto del trabajo o materia a ser transformada por el hombre.

* Los medios del trabajo o conjunto de instrumentos que interpone el hombre entre su actividad y la naturaleza.

* La actividad que ejerce el hombre sobre la materia con ayuda de los instrumentos.

En la antigüedad, el trabajo era considerado denigrante porque la actividad era propia de los esclavos. El trabajo era exigido por la fuerza a los vencidos o capturados de los pueblos conquistados. Fue en la agricultura donde se pudo notar con mayor nitidez la separación entre los hombres libres y los esclavos. Aristóteles consideró la existencia del esclavo como propia de la naturaleza humana.

En la Edad Media, aparece el siervo que era reconocido como persona, aunque era obligado a realizar trabajos en favor del señor feudal.

En la Edad Moderna, Europa reconoce la libertad del siervo, pero propaga la esclavitud por el resto del mundo. Estados Unidos abolió la esclavitud en 1865. Fue a partir del siglo XIX que surgió el gran problema del trabajo. No sería la libertad, sino lo que la Revolución Industrial trajo consigo: la masificación proletaria; la explotación económica del obrero asalariado; el desempleo; la miseria.

Karl Marx encabezó el movimiento revolucionario que propugnaba la toma de conciencia de la clase trabajadora y su integración en grupos solidarios o sindicatos.

La clase obrera alcanzó en el siglo XX conquistas como: reducción de las jornadas de trabajo, mejores condiciones de seguridad, subsidios sociales y el reconocimiento por las legislaciones de los países del derecho a la negociación colectiva entre el sindicato y la empresa.

Pero la tecnología provocó la sustitución del trabajo humano por los instrumentos automáticos, lo que ha dado lugar a la expansión de una de las mayores lacras del mundo moderno: el desempleo.