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EL EMPUJE DE LOS BÁRBAROS
Quinientos años antes de la destrucción de Roma, diferentes pueblos nómadas se fueron asentando en las fronteras del Imperio Romano.
Estas migraciones estuvieron determinadas por los cambios climáticos y la escasez de alimentos. En el siglo IV d. C., los romanos les concedieron el privilegio de permanecer en las fronteras, en calidad de federados. Recibían anualmente una cantidad de dinero, con la condición de proteger las fronteras del avance de otros pueblos bárbaros. Sin embargo, la presión hacia el interior del Imperio continuó, debido al arrollador empuje de los hunos, un pueblo asiático que arrasaba con todo a su paso.
Los bárbaros, también conocidos con el nombre de pueblos germánicos, se encontraban en Europa central, desde el Báltico al mar Negro, distribuidos de la siguiente manera:
Anglos, jutos, sajones, suevos, francos y alamanes, al noreste.
Burgundios, al sur del río Rin.
Vándalos y lombardos, al sureste.
Alanos, en la zona del Cáucaso.
Godos, ostrogodos y visigodos, en el litoral del mar Negro.
Los germanos, en principio, sólo deseaban incorporarse al Imperio, convertirse en súbditos respetando la organización imperial.
Los hunos, con su jefe Atila a la cabeza, presionaron sobre los pueblos bárbaros que se encontraban en las fronteras, forzándolos a romper su pacto con los romanos e ingresar violentamente al Imperio.
Estos pueblos se distribuyeron por todo el Imperio, e incluso muchas veces pelearon entre ellos por cuestiones territoriales.
LA DESTRUCCIÓN DE ROMA
En el año 410 d. C., los visigodos, pueblo bárbaro de origen eslavo, saquearon e incendiaron Roma. Este hecho conmovió al mundo romano, ya que la ciudad no había sido atacada en ochocientos años.
Finalmente, los vándalos, otro pueblo bárbaro proveniente de África, invadieron Italia y en el año 455 d. C. conquistaron y saquearon Roma durante 14 días, tras lo cual regresaron a África.
Roma, debilitada, fue una magnífica presa para un nuevo ataque, que puso a la ciudad definitivamente en manos de los bárbaros, en el año 476 d. C.
A partir de ese momento, la capital imperial sería Bizancio. Oriente, mejor protegido, mantendría por casi mil años gran cantidad de tradiciones y leyes, conservando el sistema imperial y salvaguardando, en principio, el territorio de los ataques de los pueblos bárbaros y, luego, del avance del Islam.
TALLER
Contesto.
1-¿Cuándo y cómo se inició la Edad Media?
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2-¿Cómo también fueron llamados los bárbaros?
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3-¿En qué año y por quiénes fue destruida Roma?
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Sumando conocimientos
La constitución de los reinos romano germánicos
Luego de la caída del Imperio Romano de Occidente, los germanos ocuparon el territorio, se perdió la unidad estatal que caracterizaba al Imperio y, en su lugar, lentamente se fueron constituyendo estructuras estatales más pequeñas, que fueron conocidas como reinos romano germánicos. Los germanos no destruyeron las instituciones ni la cultura romana: por el contrario, se produjo una fusión entre los pueblos germanos y los romanos.