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Lo que diferencia a la ética y la moral, fundamentalmente, es que la primera es teórica o ideal, mientras que la moral se relaciona más con lo práctico o la acción. La ética se refiere a aquellas reglas internas e individuales que adquirimos en el hogar o, por ejemplo, los principios religiosos. La moral se refiere a los principios externos, impuestos por la sociedad.
Acción vs. reflexión
La ética y la moral influyen en la conducta humana, solo se diferencian porque se plantean cuestiones distintas. La moral tiene una base social; sus normas son establecidas dentro de una sociedad, por lo cual ejerce una influencia muy poderosa en la conducta de cada uno de sus integrantes. En cambio, la ética surge como tal en el interior de la persona, como resultado de su propia reflexión y elección. La moral influye en la conducta de la persona desde el exterior, es inconsciente. En cambio, la ética actúa desde su misma conciencia y voluntad. La moral tiene que ver con el nivel práctico de la acción y trata de responder a preguntas como: ¿qué debo hacer? La ética, por su parte, reflexiona sobre la conducta y, luego, trata de responder: ¿debo hacerlo?, ¿está bien o está mal?
Conclusión
Sabemos que ética no es lo mismo que moral, pero eso no es lo importante. Lo esencial es que, aunque recibimos desde el exterior las normas morales, nosotros somos quienes elaboramos en nuestro interior las normas éticas, conforme a nuestros principios y valores, y actuamos en consecuencia.
Moral deriva del latín moralis «carácter, costumbre» y ética, del griego ethos, también «carácter, costumbre». Por lo tanto, si analizamos etimológicamente ambas palabras, encontramos que las dos tienen el mismo significado.