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EL ORIGEN DEL PROBLEMA ES:
1- El sedentarismo, que está regido a su vez por varios factores, como la falta de una adecuada disciplina en el hogar, en la utilización de las horas disponibles, el influjo de la televisión, la carencia de una adecuada educación para incentivar y facilitar a los niños la realización de variadas disciplinas deportivas, así como disponibilidad de clubes y centros de recreación y deportes.
2- El cambio de la dieta tradicional, como consecuencia del efecto de la publicidad en el consumo de comidas rápidas, las cuales tienen mayor contenido energético y calórico, la falta de incentivo de los padres para el consumo de frutas y verduras, las ofertas recibidas de las cantinas escolares y el excesivo consumo de bebidas gaseosas.
MODIFICACIÓN DE LOS FACTORES DE RIESGO
Considerando que la mayoría de estos factores de riesgo son modificables y la prevención debería ser prioridad en salud pública, el abordaje debe realizarse en dos ámbitos:
1- La escuela, con programas de educación para la salud, aumentar el horario semanal de actividad física, mejorar las dietas de las cantinas, los comedores escolares y reglamentar el contenido de sodio en los alimentos.
2- La familia, para el cambio de comportamientos alimentarios, recreación, horas de TV y actividad física.
Se focaliza en estos contextos, teniendo en cuenta que los niños y los adolescentes son más susceptibles de modificar sus hábitos que los adultos...
1) Dislipidemia: es la alteración de los lípidos o grasa en la sangre.
2) Cirrosis: enfermedad del hígado.
3) Hipotiroidismo: mal funcionamiento de las tiroides con disminución de su función.
4) Anorexia: trastorno en la alimentación, cuyos síntomas son la falta de apetito.
5) Hiperlipidemia: aumento de lípidos en la sangre.
EFECTOS DEL TABACO
Se sabe que el tabaco perjudica seriamente la salud. Los investigadores lo anuncian como agente inductor o favorecedor, de multitud de trastornos y dolencias como la bronquitis crónica, enfisema pulmonar, enfermedades coronarias, impotencia sexual, úlceras de estómago y duodeno, osteoporosis, diversos tipos de cáncer (pulmón, bucal, de faringe y esófago) disminución de la visión periférica y de la capacidad de la visión nocturna, etc.
EL TABACO EN JÓVENES:
Los escolares expuestos al humo de tabaco tienen en general un menor rendimiento escolar. Creer que el cigarrillo lo hará más atractivo, popular o atlético (como intenta convencer la propaganda que hay en carteles y medios de comunicación), es clara señal de inmadurez, no de un ser adulto. Al contrario, los maduros saben que solo les acarreará mal olor, dientes amarillentos y menor rendimiento en los deportes.
Componentes del humo del tabaco
La nicotina es una sustancia extremadamente tóxica. Dos o tres gotas serían suficientes para dañar seriamente a una persona adulta. La dosis mortal es de 30 miligramos. Se calcula que, al fumar, pasan a la sangre unos 1,2 mgr. La nicotina es la responsable de la mayoría de los efectos a corto plazo del tabaco y además, de crear dependencia, haciendo que el tabaco sea considerado como una droga más.
El alquitrán es el responsable de la mayoría de los cánceres producidos por el tabaco, así como problemas bronquiales y vasculares.
El monóxido de carbono (CO), conocido como gas de los braseros, es un producto resultante de la combustión del tabaco. Es uno de los componentes que provoca enfermedades cardíacas, disminuye el oxígeno de los tejidos y lo desplaza de la hemoglobina (1)
Efectos del tabaco
El tabaco es un estimulante del sistema nervioso central que, sin embargo, en los adictos produce relajación. El hábito de fumar aumenta la tolerancia a sus efectos (se aguanta más) con lo que los efectos agudos (mareos, vómitos, sudoración) se notan cada vez menos.
A largo plazo, el tabaco afecta principalmente a los sistemas broncopulmonar y cardiovascular. Las estadísticas señalan que el tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón (> 90%), aunque por supuesto existen otras causas, como la contaminación industrial.
El tabaco también se asocia con los cánceres de boca y del tracto respiratorio, sin olvidar que otras enfermedades respiratorias (bronquitis, enfisema, crisis asmática) inciden más en los fumadores que en los que no lo son, especialmente cuando ambos están expuestos a la contaminación industrial o urbana.
Existen muchos datos que indican que el fumador es más propenso a sufrir otro tipo de dolencias, como úlceras de estómago, enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos y que, por si esto fuera poco, tiene menos inmunidad a las infecciones que los que no fuman.
La evidencia de que fumar es uno de los principales riesgos para la salud es aplastante. Tanto es así que, según el Real Colegio Británico de Médicos, cada cigarrillo acorta la vida del fumador en más de cinco minutos.
Sintomatología del fumador habitual
El fumador habitual presenta una serie de síntomas que revelan su condición, como por ejemplo:
. Astenia: cansancio que, a veces, desaparece al fumar.
. Anorexia: falta de apetito, que se suele acentuar al fumar.
. Disnea: dificultad para respirar, que se acentúa con el mínimo esfuerzo.
. Disfonía: ronquera del fumador.
. Tos bronquial matinal: tos con flemas por la mañana.
. Impotencia a edades precoces o disminución de la libido.
. Coloración amarillenta de los dientes.
. Dolores torácicos difusos.
. Bronquitis estacionales.
El fumar tiene un afecto nocivo sobre la salud, la lógica nos dice que necesariamente ha de repercutir sobre el rendimiento laboral y académico. Pero es que, además, existen estudios dignos de crédito que demuestran que la tasa de ausentismo entre las personas que fuman es muy superior a la observada entre los que no lo hacen, con lo que el tabaquismo se convierte también en un problema laboral y académico de primer orden.
El rito que conlleva el acto de fumar también puede ser causa potencial de accidente, como consecuencia de una distracción al encender un cigarrillo, tener la mano ocupada en sujetarlo, una irritación ocular momentánea provocada por el humo, un acceso de tos, o la disminución de la capacidad de atención debido a la disminución del contenido de oxígeno en la sangre que el tabaco ocasiona. A esto cabría añadir el riesgo de incendio y explosión que supone fumar en lugares donde se utilicen sustancias inflamables.
Todo lo apuntado hasta aquí viene confirmado por el hecho de que, según varios estudios realizados en distintos países, la tasa de ausentismo laboral es sensiblemente superior entre los trabajadores y estudiantes que fuman, sobre todo en los de edad superior a 35 años. Otro dato importante es que el número de días perdidos es proporcional al número de cigarrillos diarios fumados, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres.
No se puede terminar este apartado sin hacer una referencia, aunque sea breve, a los fumadores pasivos. El humo desprendido de los cigarrillos contamina el ambiente y es inhalado por los no fumadores, que también padecerán los efectos tóxicos del tabaco. En consecuencia, habría que limitar la exposición al humo del tabaco en los puestos de trabajo, de la misma manera que se hace con otros agentes tóxicos.
He fumado mucho, ¿ya está hecho el daño?
Conozca cómo su cuerpo se desintoxica. A las...
8 horas: Empieza a disminuir el riesgo de infarto. La sangre recupera su concentración normal de oxígeno.
24 horas: El monóxido de carbono desaparece del cuerpo.
2 días: No se detecta nicotina en la sangre.
1 semana: Se recupera el gusto y el olfato.
3 semanas: Mejora la circulación y la función pulmonar recupera un 30% de su capacidad.
3 meses: Mejora notablemente la respiración. Disminuye la tos, la sensación de falta de oxígeno y la congestión.
1 año: El riesgo de infarto disminuye a la mitad.
5 años: Disminuye el riesgo de cáncer al pulmón en un 50%.
6 años: Riesgo normal de enfermedad cardiovascular.
16 años: Tiene un riesgo normal de contraer cáncer al pulmón.
Dejar de fumar
Sin embargo, son muchos los fumadores que abandonan el tabaco a tiempo. Las razones dadas por estas personas sugieren que la mayoría lo dejaron porque comenzaron a experimentar síntomas de enfermedades causadas por el tabaco, principalmente bronquitis y trastornos gástricos.
Dejar de fumar es más que disminuir el número de cigarrillos.
¿Por qué no lo intenta seriamente?
La ley 2969/06 protege la salud de la población contra los efectos del tabaco; está en nuestras manos ejercer nuestro derecho a una vida sana y libre de humo. También en cada municipio hay una ordenanza que prohíbe fumar en ambientes cerrados; cada ciudadano tiene el derecho de exigir su cumplimiento.
1- El sedentarismo, que está regido a su vez por varios factores, como la falta de una adecuada disciplina en el hogar, en la utilización de las horas disponibles, el influjo de la televisión, la carencia de una adecuada educación para incentivar y facilitar a los niños la realización de variadas disciplinas deportivas, así como disponibilidad de clubes y centros de recreación y deportes.
2- El cambio de la dieta tradicional, como consecuencia del efecto de la publicidad en el consumo de comidas rápidas, las cuales tienen mayor contenido energético y calórico, la falta de incentivo de los padres para el consumo de frutas y verduras, las ofertas recibidas de las cantinas escolares y el excesivo consumo de bebidas gaseosas.
MODIFICACIÓN DE LOS FACTORES DE RIESGO
Considerando que la mayoría de estos factores de riesgo son modificables y la prevención debería ser prioridad en salud pública, el abordaje debe realizarse en dos ámbitos:
1- La escuela, con programas de educación para la salud, aumentar el horario semanal de actividad física, mejorar las dietas de las cantinas, los comedores escolares y reglamentar el contenido de sodio en los alimentos.
2- La familia, para el cambio de comportamientos alimentarios, recreación, horas de TV y actividad física.
Se focaliza en estos contextos, teniendo en cuenta que los niños y los adolescentes son más susceptibles de modificar sus hábitos que los adultos...
1) Dislipidemia: es la alteración de los lípidos o grasa en la sangre.
2) Cirrosis: enfermedad del hígado.
3) Hipotiroidismo: mal funcionamiento de las tiroides con disminución de su función.
4) Anorexia: trastorno en la alimentación, cuyos síntomas son la falta de apetito.
5) Hiperlipidemia: aumento de lípidos en la sangre.
EFECTOS DEL TABACO
Se sabe que el tabaco perjudica seriamente la salud. Los investigadores lo anuncian como agente inductor o favorecedor, de multitud de trastornos y dolencias como la bronquitis crónica, enfisema pulmonar, enfermedades coronarias, impotencia sexual, úlceras de estómago y duodeno, osteoporosis, diversos tipos de cáncer (pulmón, bucal, de faringe y esófago) disminución de la visión periférica y de la capacidad de la visión nocturna, etc.
EL TABACO EN JÓVENES:
Los escolares expuestos al humo de tabaco tienen en general un menor rendimiento escolar. Creer que el cigarrillo lo hará más atractivo, popular o atlético (como intenta convencer la propaganda que hay en carteles y medios de comunicación), es clara señal de inmadurez, no de un ser adulto. Al contrario, los maduros saben que solo les acarreará mal olor, dientes amarillentos y menor rendimiento en los deportes.
Componentes del humo del tabaco
La nicotina es una sustancia extremadamente tóxica. Dos o tres gotas serían suficientes para dañar seriamente a una persona adulta. La dosis mortal es de 30 miligramos. Se calcula que, al fumar, pasan a la sangre unos 1,2 mgr. La nicotina es la responsable de la mayoría de los efectos a corto plazo del tabaco y además, de crear dependencia, haciendo que el tabaco sea considerado como una droga más.
El alquitrán es el responsable de la mayoría de los cánceres producidos por el tabaco, así como problemas bronquiales y vasculares.
El monóxido de carbono (CO), conocido como gas de los braseros, es un producto resultante de la combustión del tabaco. Es uno de los componentes que provoca enfermedades cardíacas, disminuye el oxígeno de los tejidos y lo desplaza de la hemoglobina (1)
Efectos del tabaco
El tabaco es un estimulante del sistema nervioso central que, sin embargo, en los adictos produce relajación. El hábito de fumar aumenta la tolerancia a sus efectos (se aguanta más) con lo que los efectos agudos (mareos, vómitos, sudoración) se notan cada vez menos.
A largo plazo, el tabaco afecta principalmente a los sistemas broncopulmonar y cardiovascular. Las estadísticas señalan que el tabaco es la principal causa de cáncer de pulmón (> 90%), aunque por supuesto existen otras causas, como la contaminación industrial.
El tabaco también se asocia con los cánceres de boca y del tracto respiratorio, sin olvidar que otras enfermedades respiratorias (bronquitis, enfisema, crisis asmática) inciden más en los fumadores que en los que no lo son, especialmente cuando ambos están expuestos a la contaminación industrial o urbana.
Existen muchos datos que indican que el fumador es más propenso a sufrir otro tipo de dolencias, como úlceras de estómago, enfermedades cardíacas y de los vasos sanguíneos y que, por si esto fuera poco, tiene menos inmunidad a las infecciones que los que no fuman.
La evidencia de que fumar es uno de los principales riesgos para la salud es aplastante. Tanto es así que, según el Real Colegio Británico de Médicos, cada cigarrillo acorta la vida del fumador en más de cinco minutos.
Sintomatología del fumador habitual
El fumador habitual presenta una serie de síntomas que revelan su condición, como por ejemplo:
. Astenia: cansancio que, a veces, desaparece al fumar.
. Anorexia: falta de apetito, que se suele acentuar al fumar.
. Disnea: dificultad para respirar, que se acentúa con el mínimo esfuerzo.
. Disfonía: ronquera del fumador.
. Tos bronquial matinal: tos con flemas por la mañana.
. Impotencia a edades precoces o disminución de la libido.
. Coloración amarillenta de los dientes.
. Dolores torácicos difusos.
. Bronquitis estacionales.
El fumar tiene un afecto nocivo sobre la salud, la lógica nos dice que necesariamente ha de repercutir sobre el rendimiento laboral y académico. Pero es que, además, existen estudios dignos de crédito que demuestran que la tasa de ausentismo entre las personas que fuman es muy superior a la observada entre los que no lo hacen, con lo que el tabaquismo se convierte también en un problema laboral y académico de primer orden.
El rito que conlleva el acto de fumar también puede ser causa potencial de accidente, como consecuencia de una distracción al encender un cigarrillo, tener la mano ocupada en sujetarlo, una irritación ocular momentánea provocada por el humo, un acceso de tos, o la disminución de la capacidad de atención debido a la disminución del contenido de oxígeno en la sangre que el tabaco ocasiona. A esto cabría añadir el riesgo de incendio y explosión que supone fumar en lugares donde se utilicen sustancias inflamables.
Todo lo apuntado hasta aquí viene confirmado por el hecho de que, según varios estudios realizados en distintos países, la tasa de ausentismo laboral es sensiblemente superior entre los trabajadores y estudiantes que fuman, sobre todo en los de edad superior a 35 años. Otro dato importante es que el número de días perdidos es proporcional al número de cigarrillos diarios fumados, tanto en el caso de los hombres como en el de las mujeres.
No se puede terminar este apartado sin hacer una referencia, aunque sea breve, a los fumadores pasivos. El humo desprendido de los cigarrillos contamina el ambiente y es inhalado por los no fumadores, que también padecerán los efectos tóxicos del tabaco. En consecuencia, habría que limitar la exposición al humo del tabaco en los puestos de trabajo, de la misma manera que se hace con otros agentes tóxicos.
He fumado mucho, ¿ya está hecho el daño?
Conozca cómo su cuerpo se desintoxica. A las...
8 horas: Empieza a disminuir el riesgo de infarto. La sangre recupera su concentración normal de oxígeno.
24 horas: El monóxido de carbono desaparece del cuerpo.
2 días: No se detecta nicotina en la sangre.
1 semana: Se recupera el gusto y el olfato.
3 semanas: Mejora la circulación y la función pulmonar recupera un 30% de su capacidad.
3 meses: Mejora notablemente la respiración. Disminuye la tos, la sensación de falta de oxígeno y la congestión.
1 año: El riesgo de infarto disminuye a la mitad.
5 años: Disminuye el riesgo de cáncer al pulmón en un 50%.
6 años: Riesgo normal de enfermedad cardiovascular.
16 años: Tiene un riesgo normal de contraer cáncer al pulmón.
Dejar de fumar
Sin embargo, son muchos los fumadores que abandonan el tabaco a tiempo. Las razones dadas por estas personas sugieren que la mayoría lo dejaron porque comenzaron a experimentar síntomas de enfermedades causadas por el tabaco, principalmente bronquitis y trastornos gástricos.
Dejar de fumar es más que disminuir el número de cigarrillos.
¿Por qué no lo intenta seriamente?
La ley 2969/06 protege la salud de la población contra los efectos del tabaco; está en nuestras manos ejercer nuestro derecho a una vida sana y libre de humo. También en cada municipio hay una ordenanza que prohíbe fumar en ambientes cerrados; cada ciudadano tiene el derecho de exigir su cumplimiento.