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En esa oportunidad la catequesis fue dedicada a la JMJ 2011, que había terminado el día 21 del mismo mes. Benedicto XVI recordó con cariño la participación y la alegría de los aproximadamente dos millones de jóvenes en Madrid, a lo que él llamó “una formidable experiencia de fraternidad, de encuentro con el Señor, de compartir y de crecimiento en la fe: una verdadera cascada de luz.”
Por eso es tan importante que los jóvenes del mundo que han participado en Brasil recientemente de la JMJ, asuman desde ahora este llamado a la misión y que se manifiesten como testigos vivos de Cristo.
El P. Dondici resalta que este testimonio y el propio anuncio de Cristo, son grandes desafíos para la juventud, que vive en un mundo plural, con un sinnúmero de informaciones, ya sea a través de las escuelas, tiempos de ocio y esparcimiento, internet, especialmente en el contacto con las redes sociales, como el facebook o el twitter. “Con esas mil participaciones, él, el joven discípulo, es llamado a plantar en el corazón de quien encuentre, con quien se comunique, el deseo de ser discípulo de Jesús”.
“¿Y qué es lo que gana el discípulo de Jesús? Gana el pertenecer al reino, la seguridad del amor de Dios, la certeza de ser para los demás una señal de misericordia y de amor. Gana el llevar y donar la paz del Señor. Estos son los frutos y dones que el mundo más necesita. El perdón, la misericordia, la paz, que irán a disminuir en la sociedad, en el mundo actual, la violencia, la guerra, la corrupción, la maldad, todo aquello que arranca la posibilidad de hacer crecer al joven y colocar toda su riqueza y vitalidad a servicio de la humanidad”, afirmó.
“En el mandato final del texto de Mateo – ‘Vayan y hagan discípulos en todas las naciones’ – explicó el sacerdote, hay un gran sueño antropológico de todos, de que el contacto con el Señor, la amistad con Él, despierte lo que cada uno tiene de mejor en sí mismo”.
“Vivimos en un mundo donde hay demasiados desperdicios, pérdidas humanas, por falta de oportunidades. La convivencia con el Señor despierta lo que tenemos de mejor. El anuncio ‘Vayan y hagan discípulos en todas las naciones’ es un anuncio para toda la vida. En ningún momento podemos hacer una pausa o un descanso en él, porque esto presupone que aquel que es amigo del Señor; por su vida, por su manera de estar en el mundo, comunica a los demás la luz, la belleza y la alegría de ser su discípulo. Esa es la misión que nuestra Iglesia necesita. Muchas veces nos encontramos paralizados, petrificados y hasta perplejos ante un mundo que avanza medio alocadamente; y en ese mundo tenemos la presencia del Señor que nos eligió, que eligió al joven para ser señal del amor y de la alegría de Él en el mundo”, concluyó.
Queridos Jóvenes,
¡Tengan un corazón grande! No tengan miedo de soñar cosas grandes!
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loiolaxxi.wordpress.com/2013/.../jornada-mundial-de-la-juventud-2013-...