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Al igual que los extractos fermentados, el éxito de las decocciones depende de respetar el proceso de elaboración y de la calidad de sus ingredientes.
Para lograr una buena decocción, debemos:
- Usar agua de lluvia (no calizas) o de la canilla, dejándola airear y estacionar.
- Cortar las plantas, en trozos no muy pequeños, y dejarlas remojar en agua durante 24 h antes de la cocción.
- Respetar el tiempo de cocción de cada planta. La proporción entre planta y agua es diferente según la especie.
- Tapar durante la ebullición y el enfriamiento. El recipiente empleado debe ser preferentemente de acero inoxidable.
- Filtrar una vez enfriado. Para el filtrado puede usarse un cedazo, colador o trapo de lienzo. Los residuos sólidos del filtrado son útiles en la compostera.
Puede ser usado inmediatamente. No conserva las mismas propiedades una vez pasadas las 2 h, pero, luego de este tiempo, puede usarse para preparar extracto fermentado.
Infusiones
Si las plantas son tiernas, no leñosas, puede hacerse una infusión en vez de decocción. Es importante respetar el proceso de elaboración para su efectividad:
- Meter la planta troceada en un recipiente con agua fría.
- Ponerla a hervir.
- Apagar en el momento en que empiece a hervir.
- Tapar y dejar enfriar.
- Filtrar y usar.
- Puede almacenarse solo unos días en la heladera.
Es menos potente que una decocción o un extracto fermentado. Se utilizan en huertos controlados, con baja incidencia de ataques.
Las decocciones se usan como preventivo o curativos de enfermedades y parásitos o, simplemente, para fortalecer y reforzar las plantas. Se aplican en forma de pulverización o riego.
Actividades
1. Cita.
Los pasos para la elaboración de una decocción.
2. Contesta.
a. ¿Cuál es la diferencia entre una decocción y una infusión?
b. ¿Cuál de las dos es más potente? ¿Por qué?
Fuente
Bertrand, B., Collaert, J., Petiot, E. (s.f.). Plantas para curar plantas: Para tratar sin química los problemas del huerto y el jardín.