Cooperativas de producción

El trabajo de producir bienes de la tierra requiere un gran esfuerzo. Y resulta más fácil cuando se juntan las capacidades y las ganas de muchas personas con las mismas intenciones de vivir mejor.

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Las cooperativas de producción se forman, generalmente, por personas que desarrollan una actividad agrícola o industrial. Por medio de la cooperativa acceden a las tierras, semillas, tractores, maquinarias, o cualquier bien que les sea necesario para producir mejor. Cada asociado aporta a la cooperativa y esta se encarga de la compra y asignación de los bienes al trabajo a realizar. De esta forma, aquello que sería dificultoso de adquirir por un agricultor en particular es obtenido a través de su cooperativa. Los bienes pueden ser utilizados de manera colectiva y se estimula la cooperación entre todos.

En muchos casos, la cooperativa se encarga también de juntar lo que produjo cada asociado, con el fin de comercializarlo de una manera más ventajosa. Se aprovecha la posibilidad de negociar mejor con mayores cantidades a ofrecer, y se obtienen mejores precios. Además, la cooperativa se encarga de buscar los mejores mercados para la colocación de los productos. Así también, el asociado aprovecha la pertenencia a la cooperativa, enfocándose en su trabajo y dejando a la organización los aspectos referentes a la comercialización de los productos.

El apoyo de la cooperativa de producción a los asociados es constante. Aparte de proveerles las semillas, fertilizantes, herramientas y otros insumos durante el periodo de siembra, les suele proveer para el sustento diario de la familia, mediante la formación de almacenes de consumo con ese fin.

El crecimiento de la cooperativa se basa en la buena atención a sus asociados. Si estos progresan, producen con calidad y buen rendimiento, la cooperativa crece y puede ofrecerles más servicios. Las entidades cooperativas de producción de mayor desarrollo en nuestro país forman técnicos en diversas áreas para seguir apoyando a sus asociados a producir cada vez mejor, como así también especializarlos en la gestión de comercialización. Todo con el fin de brindar mejor servicio integral a los asociados.

Las ventajas de pertenecer a una cooperativa de producción

- Poder contar con tierras, semillas, fertilizantes y maquinarias sin necesidad de comprarlas directamente, obteniéndolas de la cooperativa.

- Conseguir mejores precios por lo producido, mediante la comercialización a través de la cooperativa.

- Asegurar el acceso a bienes de sustento familiar durante el tiempo de siembra, provistos por la cooperativa.

- Contar con asistencia técnica de la cooperativa para producir mejor y con mayor calidad.

- Apoyarse en la infraestructura que crea la cooperativa para mejorar el bienestar de los asociados.

En nuestro país, las cooperativas de producción son un gran éxito para los asociados. El desarrollo de las comunidades que trabajan en cooperativas es muy superior a aquellas que no lo hacen, de ahí la importancia de dar a conocer y capacitar a las familias que se dedican a la producción, a trabajar organizados en este tipo de organizaciones.

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