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¡Eres único y genial!
Es común pensar en los niños como pequeñas criaturas sin defensas que dependen de los adultos para todo, desconociendo que poseen su propia personalidad, sus propios sentimientos como personas únicas e irrepetibles.
Para un niño con necesidades específicas la vida puede presentar mayores desafíos: más esfuerzo para aprender, llevar adelante tareas cotidianas y compartir con sus iguales.
La tarea de los padres, profesionales y docentes tiene como objetivo que los niños sean tan independientes como fuera posible.
La escuela constituye el primer ámbito no familiar con el cual debe enfrentarse el niño y, a menudo, es un entorno representativo del entorno social en el que habita.
De la temprana y adecuada inclusión del niño en el sistema escolar ordinario dependerá el futuro éxito de su labor escolar.
El voto de confianza de todos los sectores es fundamental, se debe confiar en que los logros son posibles, de modo a trabajar para ello.
Se puede continuar etiquetando a los niños de disléxicos, hiperactivos, de altas capacidades, agresivos, con trastornos del lenguaje, de conducta, con discapacidad, pero no se debe dejar de considerar que no dejan de ser niños y cada niño es distinto y tiene diferentes necesidades, intereses y ritmos.
Una de las mejores maneras de colaborar con el desarrollo de los niños con necesidades específicas de apoyo es conviviendo con ellos, para conocerlos entender su situación y atender una necesidad particular de todo ser humano: la de contar con buenos amigos
«Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño» M. Montessori.
La importancia de acompañar el esfuerzo de los niños en su proceso de aprendizaje conlleva la utilización de expresiones que los impulsen a redoblar el entusiasmo y el interés hacia las actividades realizadas.
Fuente: GARRIDO, P. Artículo de Profesor del Instituto Europeo de Estudios de la Educación.